La apuesta de Wall Street en la salida de Nicolás Maduro ignora un dato crucial

Ben Bartenstein y Daniela Guzman

Venezuela una dudosa historia cuando se trata de pagar su deuda soberana. Está en un empate con Ecuador como la nación con más recaídas en default desde el año 1800.

Pero quien apueste a que un default catapultaría al presidente Nicolás Maduro fuera de su oficina, mientras se aferra al poder y afronta una indescriptible miseria económica, aquí un dato relevante: ni en una sola de esas 10 ocasiones, la más reciente en 2004, hubo un cambio de gobierno.

De hecho, los defaults alrededor del mundo han provocado un cambio gubernamental en menos del 15% de las ocasiones desde 1992, según datos compilados por Bloomberg. En el caso de Venezuela, Maduro tiene suficiente apoyo en los poderosos militares para hacer frente a las consecuencias, observó Carmen Reinhart, de Harvard y coautora junto a Kenneth Rogoff de “This Time is Different: Eight Centuries of Financial Folly”, que traducido diría “Esta vez es diferente: ocho siglos de locura financiera”.

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“Si un gobernante no está obligado a escuchar a los votantes porque está instalado a través de la fuerza militar, no hay razones por las que un default signifique un cambio de gobierno”, manifestó desde Cambridge, Massachusetts. “Venezuela está más allá de una solución democrática, por lo que Maduro podría muy bien permanecer en el poder a pesar de todo”.

Para la mayoría de los inversores, un incumplimiento venezolano es casi seguro. La probabilidad implícita de que haya un default en los próximos cinco años ha subido del 91% al 98% en un año, según datos de incumplimiento de crédito compilados por Bloomberg.

Venezuela Merca2.es

Los bonos en dólares de referencia de Venezuela, que vencen en 2027, subieron a un máximo de una semana en 39,47 céntimos de dólar (33,51 céntimos de euro) en Nueva York.

Sentencia de muerte

Knossos Asset Management, el fondo de riesgo dedicado a Venezuela, que ha hecho grandes apuestas sobre la deuda de la nación, dejó el 90% de su cartera en efectivo este verano por la preocupación respecto a que un incumplimiento daría paso a un cambio de régimen.

La deuda de Venezuela asciende a 59.400 millones de euros

A su juicio, los inversores buscarán activos estatales como el petróleo, que representa 95% de los ingresos por exportación del país, lo que hace casi imposible a Venezuela importar bienes básicos que son escasos. Danske Capital, el décimo octavo mayor tenedor de bonos venezolanos, manifestó que el incumplimiento sería una “sentencia de muerte” para la administración de Maduro.

Alrededor de 3.500 millones de dólares (2.972 millones de euros) vencen en noviembre, pero eso es sólo una fracción de los 70.000 millones de dólares (59.400 millones de euros) que adeuda el Estado y su compañía petrolera.

“Un default provocará un cambio en el gobierno”, aseguró Francisco Ghersi, cofundador de Knossos. Los funcionarios del gobierno “entrarían en un nuevo territorio que es tan complejo que no serían capaz de manejar”.

Otros apuntan al largo plazo. Gestores como Goldman Sachs o Grantham Mayo Van Otterloo compran más bonos venezolanos de larga duración este año, según datos compilados por Bloomberg.

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El pensamiento entre algunos compradores de bonos es que un nuevo gobierno controlado por la oposición podría negociar una reestructuración que les pagaría generosamente. “Tanto los tenedores de bonos como la nueva administración tienen un incentivo para que ambas partes reestructuren la deuda y atraigan a los inversores”, explicó Shamaila Khan, directora de mercados emergentes de Alliance Bernstein, la novena mayor detentora de deuda venezolana.

Una puerta giratoria

Si Ghersi tiene razón, no sería la primera vez que un default conduce a la caída de un mandatario.

Es difícil probar que un default conduzca a un cambio de gobierno cuando hay otras causas

Después de que Rusia incumpliera el pago de 40.000 millones de dólares (33.900 millones de euros) en duda en 1988, el rublo perdió más de la mitad de su valor en seis meses. De ese naufragio económico surgió un ex oficial de inteligencia de la KGB llamado Vladimir Putin.

Meses después de que Ecuador falló en el pago de bonos de los Estados Unidos en 1999, el presidente Jamil Mahuad fue derrocado por el más poderoso grupo indígena y de oficiales militares del país. Y cuando la Argentina incumplió su deuda internacional en diciembre de 2001, la Casa Rosada se convirtió en una puerta giratoria, con cinco presidentes en 10 días. El último fue Eduardo Duhalde, quien sobrevivió durante un año.

Sin embargo, la causalidad es difícil de probar a menudo, según Martin Uribe, economista de la Universidad de Columbia.

Si una inflación de tres dígitos, la disminución de la producción petrolera y la erosión de las reservas extranjeras  no han sido suficientes, un default no sumará más

“En América Latina, donde hay muchas democracias aún jóvenes, se ve una fuerte asociación entre crisis económica y la desaparición de los políticos”, dijo en vía telefónica desde Nueva York. “Si cae la administración de Maduro, ¿será por una crisis económica o por debilidad del régimen? No resulta fácil de desentrañar”.

Presidentes encarcelados

Durante la mayoría de los incumplimientos, desde Nigeria hasta Nicaragua, los Jefes de Estado han sobrevivido. Cuando se ha faltado un pago ha coincidido con un cambio de gobierno, a menudo asociado con la corrupción, como fue el caso del dictador peruano Alberto Fujimori y el paraguayo Luis González Macchi. Ambos fueron encarcelados.

En el caso de Venezuela, si la inflación de tres dígitos, la disminución de la producción petrolera y la erosión de las reservas extranjeras no pueden desbaratar el régimen de Maduro, tampoco lo hará un default, señaló Francisco Rodríguez, ex jefe de la oficina de presupuesto del Congreso venezolano y ahora economista de Torino Capital. Puesto que la supervivencia de un líder autoritario dependen del control sobre los recursos, Maduro puede salir de un default aún más fuerte.

Si Maduro se aferra al poder tras un incumplimiento, los operadores del mercado estarán en una posición desafiante, porque las sanciones por parte de la administración de Donald Trump prohíben a los inversores reestructurar deuda existente.

“El régimen de Maduro se mantiene en el poder a través de condiciones extremas”, apuntó Reinhart de Harvard. “No hay razón para esperar que las condiciones más extremas sean un factor crítico”.