La más reciente ronda de negociaciones sobre el Brexit llegó a su fin este jueves y todo quedó en un punto muerto. Las dos partes no acordaron los términos de la separación y las tensiones llegaron a un punto máximo cuando Michael Barnier se burló de la primera ministra británica Theresa May.
Barnier, negociador de la Unión Europea, denunció que Gran Bretaña se niega a reconocer sus obligaciones financieras y que quiere un trato imposible de lograr. Según la EU, las conversaciones aún no han avanzado lo suficiente como para pasar al tema del intercambio del comercial. Esta semana, la libra se depreció a su nivel más bajo, impulsada por el temor de que el Reino Unido deje el bloque comunitario en 2019 sin un trato.
Esta semana, la libra se depreció a su nivel más bajo
“Brexit significa Brexit, salir del mercado único significa salir del mercado único. Cuando se toman decisiones como éstas siempre hay consecuencias”, recalcó Barnier en una conferencia de prensa en Bruselas junto al ministro británico David Davis.
Los negociantes aún no han discutido cómo serán sus relaciones bilaterales una vez que se concrete la salida. Para que estas conversaciones comiencen se necesita que la UE dé su visto bueno y todo parece indicar que todavía no lo hará.
De iniciar en diciembre, ambas partes tendrán únicamente un año para tomar una decisión. El bloque no trabajará en un acuerdo transición hasta tanto no se hayan hecho progresos con respecto a las condiciones de la salida del Reino Unido.
Según los oficiales de la Unión Europea, la posición de Gran Bretaña sigue siendo que después del Brexit no tiene obligaciones con el bloque, sino únicamente pagar su cuota anual mientras todavía es un miembro formal. Los posibles costos de la transición no fueron discutidos.
“Cuando se toman decisiones como éstas siempre hay consecuencias”
Los británicos se negaron a hablar sobre el monto que están dispuestos a pagar y, en su lugar, usaron la sesión para resaltar las supuestas fallas en los cálculos de la UE. “Esta semana quedó bastante claro que el Reino Unido no se siente legalmente obligado a cumplir con sus obligaciones tras la separación”, comentó Barnier.
Las oscilaciones en el precio de la libra se han restringido mientras las casas de cambio se adaptan al Brexit. La volatilidad implícita de la libra es la segunda más baja de las monedas del Grupo de 10, esto un signo de que los mercados cambiarios no esperan mucha acción durante los próximos tres meses.
Simplemente imposible
Branier también criticó a los británicos por quererlo todo: retomar el control total y fijar sus propias reglas, pero también que éstas sean reconocidas por la UE de manera automática. “Esto es simplemente imposible”, aseguró.
La visión de Davis es diferente. El ministro inglés consideró que las conversaciones fueron un trampolín para futuras rondas. En lo que sí estuvieron de acuerdo ambas partes fue en que las negociaciones fueron fructíferas en lo referente a la frontera con Irlanda.
Según Davis, las obligaciones de Gran Bretaña “tienen que ser específicas y auténticas”, por eso su país tiene el derecho de examinar el acuerdo línea por línea. “El contribuyente británico no esperaría menos que esto”, aseveró.
Una encuesta de ICM se determinó que el Reino Unido no está interesado en hacer el pago completo después del Brexit. Funcionarios de la UE estimaron que el proyecto de ley, que incluye compromisos presupuestarios, pensiones y contingencias previamente adquiridas, podría ascender a 60.000 millones de euros, aunque algunos analistas sugieren que podría reducirse si se estructurara un acuerdo de transición para incluir pagos anuales.