No todo ha sido malo durante la cuarentena a causa del coronavirus. Aunque son muchos los negocios y empresas que han tenido que cerrar y desaparecer, también han surgido otros nuevos. Este es el caso de Odd Kiosk, en Barcelona, un proyecto que ha resultado ser una gran revolución.
Lo cierto es que, al menos en España, no se ha visto ningún negocio como este. Si investigas un poco, descubrirás que es realmente enriquecedor, culturalmente hablando. Pero para ello, han tenido que trabajar muy duro. Si quieres saber más de Odd Kiosk, te lo contamos todo a continuación. De momento solo se encuentran en Barcelona pero, ¿quién sabe en un futuro?
La creación de Odd Kiosk
La historia de este nuevo negocio llamado Odd Kiosk tuvo su comienzo durante la cuarentena impuesta por culpa del coronavirus. El trastorno producido por tan agresivo encierro despertó la creatividad en las mentes de Txema e Iván.
El primero un arquitecto, y el segundo mencionado un diseñador gráfico. Los dos, residentes en Barcelona, y con muchas ganas de poder agitar la cultura de la ciudad, decidieron comenzar algo nuevo.
El diseñador gráfico, Iván, explicó que se les pasó la idea de hacer algo juntos por la cabeza, pero algo que fuera nuevo y diferente a lo ya visto. Tenían esa espinita, pero no tenían ni idea de qué podían hacer. «Los kioscos eran de los pocos negocios que seguían abiertos en esos días y a partir de ahí enlazamos todo. Somos miembros del colectivo LGTBI y decidimos ser una voz para dar a conocer a los artistas que lo componen y que actualmente no existe«, explicaron ambos en una entrevista.
El proceso de sus creadores
Con la idea de Odd Kiosk en la cabeza, Iván y Txema comenzaron la búsqueda en plataformas como Wallapop y de traspaso de negocios. Así fue como encontraron el que iba a ser su nuevo «hogar», situado en la calle Valencia, haciendo esquina con Enrique Granados. Según cuentan, este kiosco ya llevaba un año cerrado, razón por la que enseguida se pusieron a trabajar para limpiarlo y dejarlo como nuevo. Lo tiñeron de color rosa y le pusieron el nombre Odd, que significa raro en inglés, Kiosk con la intención de dejar claro que en su negocio, nada iba en el camino de las normas que impone la ‘normalidad’.
Según Txema e Iván: «El nombre es ‘raro’ porque somos parte del colectivo LGTBI y porque no queríamos imponer ningún tipo de término. No queremos que nadie nos etiquete«. Esto queda claro en las letras de su logo, ya que van cambiando de colores y tipografía. Su propósito es el de que todo lo que tengan sea orgánico y diferente, pero que al unirlo todo funciones a la perfección.
En lo que se refiere a la arquitectura del negocio, trataron de hacer cambios mínimos, pues querían que la misma estructura destacara sin ser invadida estéticamente. El diseñador gráfico IVán explicó que los vecinos del barrio se sorprenden al pasar, pues les parece que ha dado un gran cambio. Aunque la realidad es que han hecho lo mínimo posible para dejarlo tal y como estaba. «La acogida ha sido increíble. Estamos súper alucinados«.
¿Qué puedes encontrar en Odd Kiosk?
En lo que se refiere a lo que puedes encontrar en Odd Kiosk, que es lo más importante, tienen como enfoque principal la literatura queer de revistas nicho. De poca tirada, artistas que tienen en el papel salida a su trabajo e independientes, y claro, prensa. Tenemos dos públicos: los vecinos que compran diarios y los que se lanzan a probar nuestras cookies de Demasié, o una marca de kombucha que tenemos y que elaboran dos chicas en Badajoz, las patatas gourmet del País Vasco o Aguaencaja; y luego, gente más joven y alternativa, como nuestros amigos y el target que se entera de nosotros por Instagram.
Son estos los que prefieren fanzines como el de Barcelona se muere, el cual es uno de sus grandes éxitos en ventas desde que abrieron. Revistas como la de Carcy, King Kong o King Kong Garçon, Badland y Alei. Aunque conseguir todas estas no fue nada fácil.
Confiesan que para ellos, ha sido muy difícil conseguir las revistas que querían. Aunque ahora disponen de cuatro distribuidores distintos, algunas se las dejan a depósito, y otras las compran ellos directamente. A pesar de que la Covid-19 puso las cosas difíciles en cuanto a envíos, confiesan que tienen todo lo que querían en el escaparate.
Recuperan el papel
Hace varios años que empezó a decirse que «el papel ha muerto», pero nada más lejos de la realidad, pues parece que su reinvención ya está dando los primeros pasos. Los dueños de Odd Kiosk, Iván y Txema, consideran que su generación, ellos tienen 34 y 32 años por orden de mención, ha sido la que ha recuperado el papel.
La siguiente generación a ellos lo ha perdido a causa de los teléfonos móviles y los ordenadores, pero curiosamente, los fanzines que tienen son de gente joven. A esto, le añadió algunos nombres de artistas.
«Carlos Pareja, por ejemplo, es un fotógrafo que ha pasado su trabajo al papel. O Beatriz Janer con su librito… La experiencia de abrirlo, de descubrirlo tras ese velo plateado que lo envuelve es pura magia y eso es algo que no se puede transmitir de otra manera que con papel«.