La mayoría de las personas que madrugan aseguran que no pueden ponerse en marcha si no toman antes un buen café. Sin embargo, aún sigue existiendo la idea de que es un hábito perjudicial y que si queremos cuidarnos a conciencia, debemos prescindir del café. Pero los expertos dicen todo lo contrario y destacan los efectos protectores de esta rica bebida. El café se extrae de los granos de la planta del mismo nombre y es una mezcla de sustancias como los fenoles, que tienen beneficios comprobados para la salud.
Algunos estudios ya han mostrado que puede reducir el riesgo de mortalidad cardiovascular y mortalidad por cáncer. También disminuye la probabilidad de padecer diabetes. En los años noventa el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer, catalogó el café como un posible carcinógeno, pero tras revisar más de mil estudios, en 2016 se concluyó que no existía evidencia para vincular el consumo de café con la aparición del cáncer. Así pues parece que no hay motivo para ‘quitarnos’ el café y, tal y como afirman médicos y nutricionistas, podemos tomar hasta 3 o 4 tazas al día sin remordimiento y si perjuicio para nuestra salud.
EL CAFÉ Y LA LONGEVIDAD
Otra de las conclusiones a las que la comunidad científica ha llegado es que un consumo habitual de café, se puede relacionar con una mayor longevidad. El Centro de Investigación Biomédica en Red Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (Ciberobn) publicó en 2018 un estudio cuyos resultados mostraban que tomar café de manera habitual reducía las tasas de mortalidad, un efecto que se aplica tanto al café normal con cafeína, como al descafeinado, incluso al soluble. Este efecto protector sobre la salud parece ser mayor en personas desde los 55 años en adelante que consumían entre 1 y 6 tazas diarias.
EL DETERIORO COGNITIVO
El café también parece ser un gran aliado para las funciones mentales, ya que disminuye el riesgo del deterioro cognitivo propio de la edad. Esto se concluyó en un estudio publicado en European Journal of Nutrition, en el que se realizaron a los participantes varios tests con el objetivo de valorar sus diferentes capacidades cognitivas como el procesamiento, la concentración, la memoria, la atención o la orientación entre otros. El resultado mostró que las personas que tomaban café habitualmente presentaban menos riesgo de detersorio cognitivo, con un 65% menos de posibilidades de desarrollar alzhéimer y hasta un 60% en el caso del párkinson.
¿QUÉ PASA CON LA HIPERTENSIÓN?
Todos tenemos en mente la idea arraigada de que las persona hipertensas no deben consumir café. Pero las estadísticas demuestran que una persona con diabetes o hipertensión que sigue tomando café a diario, no ven aumentado el riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular o de sufrir un infarto. Es cierto que cuando nos bebemos una taza se produce un pequeño aumento de la tensión arterial, pero las personas que lo consumen de forma habitual desarrollan una tolerancia a la cafeína que termina anulando este efecto. Lo aconsejable es que las personas hipertensas moderen su consumo a un par de tazas, una cantidad suficiente para generar resistencia y que no suponga un problema para su condición.
CÁNCER DE MAMA Y MENOPAUSIA
Otro de los beneficios de esta bebida para personas de más de 55 años, es que está asociado a una disminución del riesgo de cáncer de mama en mujeres tras la menopausia. Esto se concluyó en un estudio publicado en European Journal of Nutrition y realizado sobre 10.812 mujeres. En este caso los efectos se apreciaron tanto en el consumo de café con cafeína como en el descafeinado, por lo que se concluyó que los efectos positivos se deben a componentes del café como los ácidos clorogénicos, fenólicos y diterpenos, que tienen propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y antitumorales. Conviene apuntar que, aunque el café presente efectos protectores ante diversas enfermedades, su consumo debe ser responsable y dentro del marco de una dieta mediterránea y vida saludable en general.
MENOS DEPRESIÓN CUANDO SE TOMA CAFÉ
Otro estudio de la universidad de Harvard, realizado en mujeres, vinculaba el consumo de café una reducción del riesgo de sufrir depresión. Las participantes que consumieron un mínimo de cuatro tazas diarias desarrollaron un 20% menos de depresión. Los investigadores de la misma universidad incluso lo han desarrollado con una menor tasa de suicidios, apuntando a que las personas que toma café a diario se suicidan hasta un 50% menos en relación a aquellas que no consumen nunca esta bebida o que toman café descafeinado. Aquí la clave parece estar en la cafeína, aunque el café es mucho más. Una taza de esta rica infusión contiene manganeso, potasio, niacina, magnesio y vitaminas B2 y B5, además de ser una gran fuente de antioxidantes.