La inmensa mayoría de los autónomos se ajustan a la legalidad vigente a la hora de realizar su trabajo y facturar por él. Pero siempre hay unos pocos que deciden arriesgarse y salirse del camino marcado. Por ejemplo, emitiendo facturas falsas. Un hecho que es mucho más grave de lo que se suele creer.
Estamos hablando de algo que es, a la vez, un ilícito penal y un ilícito administrativo. Es decir, que quien emite facturas que no son verdaderas puede acabar cumpliendo una pena de prisión y, además, pagando una multa de importe considerable a Hacienda.
¿Qué son las facturas falsas?

Se considera como tal todas aquellas que de forma deliberada contienen información que no es cierta. Puede ser que el servicio no se haya prestado o el bien no se haya entregado, o bien que la cantidad que refleja el documento no coincida con la que se ha pagado en realidad. O incluso que la dirección de una de las partes (o ambas) no sea real.
Si un autónomo emite una factura y se equivoca, puede solucionarlo emitiendo una factura rectificativa. Esto es algo totalmente normal y legal. El problema existe cuando se emite una factura con datos falsos a sabiendas de que estos lo son.
¿Hacer una factura falsa es un delito?

La factura reviste importancia de cara a la liquidación de impuestos, de ahí que su falsificación sea un problema lo suficientemente grave como para considerar que este tipo de conductas son delictivas.
En este caso se trata de un delito de falsedad documental que pueden cometer aquellos que legalmente están habilitados para facturar. Por tanto, el autónomo está dentro del perfil de persona que puede acabar cometiendo un delito de este tipo. Además, en estos casos no solo se persigue a quien emite la factura, también a quien se haya beneficiado de ella.
Infracción tributaria por falsear facturas

El artículo 201 de la Ley General Tributaria hace mención expresa de las multas que puede imponer Hacienda en caso de que se cometan infracciones relacionadas con la facturación. El hecho de falsear datos a la hora de emitir una factura, o incluso si se falsean los documentos que justifican la factura, se considera una infracción muy grave.
La sanción a pagar será del 75% del importe de la factura falseada. Eso sí, para que se pueda imponer la sanción es necesario que se haya iniciado un procedimiento sancionador y este haya determinado que el emisor de la factura ha cometido la infracción de la que se le acusa.
¿Cómo se puede saber si una factura es falsa?

En el caso de un autónomo este podría emitir facturas falsas, pero también podría recibirlas por parte de sus proveedores. ¿Cómo saber si se está ante un documento que no cumple con los requisitos legales exigibles? Hay que revisar varios aspectos.
Lo más habitual en estos casos es que no se describa de forma demasiado detallada el servicio prestado o el producto que se ha adquirido y tampoco existan otros documentos que puedan verificar que había una relación comercial entre las partes o que acrediten que se ha llevado a cabo la entrega.
¿Cómo detecta Hacienda las facturas falsas?

En el caso de la Agencia Tributaria, esta puede usar todos los medios que tenga a su disposición para comprobar si lo que dispone una factura es o no real. Pero, en la mayoría de los casos, lo que suele hacer es revisar la contabilidad del presunto responsable para ver si hay alguna irregularidad.
Coteja las declaraciones tributarias con los apuntes de ingresos bancarios y sus posiciones fiscales con las de sus proveedores. Si hay datos que no cuadran este es motivo más que suficiente para que Hacienda sospeche que está ocurriendo algo.
¿Por qué se suelen emitir facturas falsas?

Siendo un delito y, además, una infracción tributaria, está claro que falsear facturas es algo que no compensa. Entonces, ¿por qué lo hacen quienes incurren en esta infracción? Básicamente porque creen que no les van a pillar y que el beneficio que obtendrán compensa el riesgo que corren. No obstante, tal y como hemos visto, no es cierto que el beneficio compense al riesgo. Si alguien es descubierto emitiendo o beneficiándose de facturas falsas tendrá que responder penalmente por ello y además será sancionado por la Agencia Tributaria.
Uno de los casos más típicos de facturas falsas es usar este tipo de documentos para solicitar la capitalización del paro. Si el SEPE descubre el fraude, no solo exigirá la devolución del dinero, sino que esta falta grave excluiría al responsable del derecho a percibir cualquier prestación por desempleo. En otros casos se utiliza la facturación para aumentar la cantidad de gastos deducibles cuando llega el momento de presentar las autoliquidaciones de IVA e IRPF trimestrales. Aunque, en la mayoría de los casos, se recurre a esta infracción con el fin de blanquear dinero.











































