Los nutricionistas desaconsejan el consumo excesivo del jamón ibérico debido a que se trata de una carne procesada. Dentro de considerarse menos saludable que otro tipo de carnes sus valores nutricionales tienen propiedades beneficiosas para el organismo. Lo cierto es que hay partes mejores que otras y algunas que incluso no deberías comer nunca.
Un producto tradicional de alimentación en España
El jamón ibérico se considera uno de los alimentos más típicos de la gastronomía española. Tanto en territorio nacional como internacional es un producto muy bien valorado. La mayoría de personas que lo prueban repiten, porque sin duda es de los que más gustan. Su exquisito sabor hace que se cuele en todos los hogares para que disfruten los paladares, sin embargo su consumo no debería ser excesivo. Lo bueno es que prescindiendo de la parte menos saludable, podrás incluirlo en tu dieta más a menudo.

Quita la grasa del jamón ibérico
Esta parte de color blanquecino del jamón es mejor retirarla o en su defecto tomarla muy esporádicamente. El tocino veteado aporta una cantidad de grasa concentrada que si se consume en exceso puede acarrear problemas de salud. La nutricionista y dietista, Andrea Calderón, explica que «el jamón ibérico tiene más grasa que el jamón blanco o el jamón serrano, por lo que si lo consumimos más a menudo, habrá que reducir un poco esta parte tan grasa. De todas formas, todo el jamón (en su totalidad) contiene grasa infiltrada que no vemos tan claro como las vetas, y hace que por ello, su sabor sea espectacular».

Es rico en proteínas, minerales y vitaminas
Teniendo en cuenta sus valores nutricionales, el jamón ibérico contiene un 30% de proteínas de alta calidad que son excelentes para el organismo, sin embargo su 25% aproximadamente es grasa, por lo que retirando esa parte su consumo será mas saludable. Debes saber que es más rico, tanto en proteína como en grasa, que otras carnes, ya que se trata de un producto fresco que durante su periodo de curación pierde agua consiguiendo que se concentren más los nutrientes. Además es destacable su elevada cantidad de minerales como el hierro o vitaminas pertenecientes al grupo AB. Por otro lado, también debería restringirse el consumo del jamón ibérico debido al gran aporte de sodio que contiene.

Diferencias del jamón ibérico con el serrano
Estos productos de alimentación tienen un montón de semejanzas, sin embargo se diferencian en algunos de sus componentes, sus valores nutricionales y su sabor. «Tanto el jamón serrano como el ibérico son bastante similares entre sí, aunque el serrano tiene menor aporte graso (diferencias no muy significativas) y, normalmente, más sal». Ambos son carnes procesadas que provienen del cerdo, sin embargo pertenecen a distintas especies de este animal, se crían de formas diferentes y tienen periodos de curación distintos. «El jamón serrano procede de cerdos de capa blanca como duroc o pietrain y se crían habitualmente en ganadería intensiva y se curan en climas secos y fríos en un periodo de curación menor que el ibérico».

Se clasifica entre las carnes procesadas
Todos los embutidos tienen en común que provienen de diferentes animales, pero el mas habitual proviene del cerdo. Esta carne es procesada para dar lugar a productos de alimentación como el jamón, el lomo, el salchichón o el chorizo tras la curación. La Organización Mundial de la Salud informa a las personas de que toda carne procesada debe reducirse al máximo porque su consumo en exceso puede conllevar a diferentes riesgos para la salud. Entre todos los embutidos probablemente el jamón ibérico, que «proviene de cerdos ibéricos, especie endémica española y patrimonio exclusivo de nuestro país (siendo popularmente conocido como cerdo de «pata negra»)», sea de los más saludables. En ningún caso se debe abusar de su consumo.

La frecuencia de consumo en función de la calidad
Tanto el jamón ibérico como el lomo ibérico se consideran productos con valores nutricionales similares que, aunque sean de calidad, no se deberían consumir más de una vez por semana. Se consideran de buena calidad porque «la carne de cerdo tiene un interesante contenido en alto-oleico». Dentro de los embutidos son más saludables los que han sido menos procesados y durante más tiempo han permanecido curándose. Por este motivo todos los embutidos ibéricos son de mayor calidad y por tanto su precio de venta es superior.

La cantidad de jamón ibérico que puedes consumir
Si prefieres incluir este alimento en tu dieta más de una vez a la semana deberás reducir la cantidad de consumo. La nutricionista y dietista, Andrea Calderón, afirma que «podemos incluir una pequeña loncha diariamente en el desayuno o bien consumirlo ocasionalmente». En cualquier caso, lo consumas a diario en pequeña cantidad o de vez en cuando en mayor medida, es importante que siempre que sea posible retires la grasa del jamón ibérico.




















































































































