Las cafeteras de cápsulas han sido un invento que ha revolucionado nuestro modo de tomar café. Aunque nos rindamos a sus encantos con mayor o menor frecuencia, no se nos escapa que esas 40.000 toneladas de cápsulas al año que consumimos, según la Federación Española del Café, tienen un impacto ambiental.
En teoría “son reciclables”, aunque en la práctica no lo son tanto porque están fabricadas con una mezcla de tres materiales (aluminio, plástico y papel). Esto dificulta horrores en cuanto a su tratamiento en las plantas de reciclaje convencionales. Por este motivo te vamos a contar qué usos alternativos le puedes dar a las cápsulas y contribuir así con el cuidado del medio ambiente:
Las cápsulas de café son difíciles de reciclar

Con las cápsulas, el proceso de preparación del café es rápido y sencillo. En tan sólo treinta segundos podrás tener un café de calidad que humea dentro de la taza. Además, la cafetera se limpia automáticamente, así que no es necesario lavarla con cada uso y sólo hay que descalcificar cada tres o seis meses. La mayoría de las cápsulas se componen de partes de elementos plásticos y de aluminio, y una vez utilizadas, hace que sean muy difíciles de reciclar y procesar. El aluminio es, además, un material que tiene asociados graves impactos ambientales.
Cómo se hacen las cápsulas de café

Las cápsulas de café contienen furanos y aluminio, dos de los elementos con el que se elaboran sus envases. En este sentido, un estudio de la Universidad de Barcelona mostró que el café en cápsulas aportaba las concentraciones más altas de furano en comparación con otras preparaciones tradicionales del café. Para tranquilidad de todos, las cantidades mostradas se encontraban por debajo del límite de furano considerado como seguro. Los furanos están catalogados como “posiblemente carcinógenos para el ser humano” por parte de la IARC, grupo de la OMS dedicado a la investigación del cáncer.
Cápsulas de café a la basura

Las cápsulas de café de aluminio y plástico se deben llevar a los puntos verdes o centros de recogida. No todos hacen la recogida, así que lo más indicado es contactar con el titular de un punto limpio. En el caso de Cataluña, la web de la Agència de Residus facilita un buscador de puntos limpios con el número de teléfono, la dirección postal y los materiales que admite cada uno, entre otros datos. Este es otro de los principales inconvenientes del consumo de cápsulas de plástico y aluminio: para que sean recicladas, no se pueden tirar a ningún contenedor. Los consumidores deben buscar la recogida adecuada para llevar las cápsulas.
Impacto en el medioambiente

Las monodosis de café pueden tardar hasta 100 años en degradarse por completo. Esto se debe a su material a base de aluminio y plástico. Que además no se separa de su contenido como el resto de los envases convencionales. De esta forma, las cápsulas de café plantean un reto de sostenibilidad importante para la industria alimentaria, son materiales muy difíciles de reutilizar. De hecho, como sabemos, las cápsulas se usan y se tiran, generando una cantidad abrumadora de residuos. Pero a continuación te damos algunos usos alternativos que le puedes dar a las cápsulas de café y así reciclarlas…
Colgadores de plantas pequeñas

Estas coloridas cápsulas de café nos pueden servir para fabricar bonitos colgadores para plantas pequeñas, como suculentas o pequeños cactus. Es tan fácil como perforar un par de orificios simétricos cerca del borde, atravesarlos con una cuerda bonita y fina, como un cordón de cáñamo o de yute, y anudar tanto las cuerdas de los orificios como los extremos libres para poder colgar la cápsula de un gancho. Para evitar que la tierra y el agua de riesgo acaben en el suelo, conviene utilizar dos cápsulas encajadas, una dentro de la otra.
Para ordenar el escritorio

Si necesitamos ordenar los cajones del escritorio y buscamos una solución sostenible y además gratuita, las cápsulas de café son ideales para estos casos. Los pequeños envases de colores resultan estupendos para organizar objetos de pequeño tamaño que rondan nuestros escritorios y oficinas, como por ejemplo, clips, chinchetas, gomas de borrar y demás. Y no implica coste ni para el planeta ni para nuestros bolsillos.
Hacer una guirnalda con las cápsulas de café

Las guirnaldas se imponen como un complemento de decoración cálido y acogedor para nuestras casas durante todo el año. Habitualmente, las vemos colgadas de las paredes, de los marcos de puertas y ventanas, y hasta como adorno del cabecero de la cama o para la terraza. Pues bien, un puñado de cápsulas de café resulta geniales para construirnos una guirnalda sencilla.
Solo necesitamos sacar del armario las viejas guirnaldas navideñas, un cuchillo y varias decenas de cápsulas de café usadas: el número exacto dependerá del tamaño de la guirnalda y de la cantidad de luces. Primero abrimos y retiramos la tapa superior de aluminio y cortamos una x en la base de cada cápsula: nos servirá para pasar por ella las bombillas. ¡Y así está lista nuestra colorida guirnalda!
Semilleros con cápsulas de café

Todo lo que necesitamos para empezar a cultivar nuestra propia comida en casa es una ventana, y algunas cápsulas de café usadas. Estos recipientes poseen el tamaño perfecto para sembrar nuestras propias lechugas caseras y hasta para comenzar una pequeña planta de aromática, como la albahaca o el tomillo. Cabe recordar que hay que regarlas con cierta frecuencia, ya que los recipientes pequeños no tardan en perder la humedad y se seca antes la tierra.