Inbisa, el negocio inmobiliario familiar que rechaza la Bolsa

La compañía sustenta sustenta su éxito en un crecimiento sostenible y seguro, lejos de los movimientos especulativos de la Bolsa. Varios fondos de inversión han tentado al grupo constructor e inmobiliario. Pero el saltó al parqué no se producirá, por el momento. A pesar de ello, Inbisa mira de tú a tú al resto de sus rivales.

Una pequeña gran familia de poco más de 500 empleados. Esto es Inbisa, una empresa que nació en el año 1985 sin muchas pretensiones. Sus inicios fueron pequeñas obras, principalmente en el norte de España. Poco a poco, la compañía creció al calor de la precaución.

Sin bancos de suelo ni grandes dispendios económicos Inbisa juega en la linga de los grandes, las empresas que cotizan en Bolsa. Los mandatarios prefiere seguir con un crecimiento sostenible y no jugar con el pan de sus empleados. El salto al parqué es tentador debido al gran volumen de negocio, pero su objetivo no es ese. Una situación que a corto y medio plazo no va a sufrir cambios, a pesar de que han intentado seducirlo. «Han existido ofertas de algún fondo de inversión, aunque nunca ha existido una posibilidad real de estar en Bolsa. No es nuestra filosofía», afirma una fuente de la compañía conocedora del asunto.

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En realidad, este carácter conservador tiene sus pros y sus contras. Los más críticos acusan de falta de ambición a una empresa con un potencial enorme y con un gran volumen de negocio. Pero en la compañía viven el día a día y con los pies en el suelo. Y no les sobran motivos. De hecho, la precaución ha resultado determinante en la supervivencia de Inbisa.

Desde el año 2004 hasta el año 2012 son muchas las constructoras e inmobiliarias las que han quebrado. Demasiados gigantes que han caído al compás de una crisis que Zapatero se negaba a admitir. Pero Inbisa se mantuvo firme durante estos años de depresión tras el estallido de la burbuja inmobiliaria. ¿Su secreto? Su patrimonio. La empresa poseía -y posee- grandes activos que le han servido para campear el temporal que vivió el sector. Gracias a la venta de algunos inmuebles Inbisa no tuvo que realizar grandes despidos ni eres, como en otras empresas.

La compañía, aunque con un mismo presidente, se divide en dos ramas totalmente independientes: la constructora y la inmobiliaria. Cada una cuenta con su propio equipo independiente, sus oficinas están situados en diferentes lugares… aunque el dinero al final salga del mismo bolsillo. Esta diferenciación resulta clave porque de esta manera la constructora también puede trabajar con otras promotoras inmobiliarias, que son competencia directa de su ‘vecinos’. Solvia, Neinor o Ibosa pueden dar fe de ello.

De todos modos, el éxito de la compañía no sólo reside en su estabilidad y fiabilidad, también está en la gran variedad de trabajos que realiza. Porque lo cierto es que Inbisa está presente en el suelo residencial, en el industrial, en el terciario y en la obra civil. El primero de los mercados, el residencial representa el mayor porcentaje de negocio -un 40% de los ingresos-.

Además, la precaución de la que presume la empresa se convierte en atrevimiento y osadía a la hora de aceptar proyectos. Esta es otras de las claves de su éxito. Un ejemplo de esta ‘locura’ es la ampliación de la cubierta del estadio del Atlhetic de Bilbao, el Nuevo San Mamés. Un reto que supuso un gran alivio para los aficionados del club vasco que se mojaban cada vez que la lluvia arreciaba la capital del País Vasco. «Fuimos la única empresa que se presentó al concurso por las dificultades técnicas eran de gran envergadura«, afirman fuentes de la propia constructora.

CELEBRAN EL CAMBIO DE NEGOCIO EN LAS COMPRAS

El otro punto fuerte de la empresa es su gran inversión en las plataformas logísticas. En este campo, Inbisa es una, sino la más, empresa importante. El cambio en los hábitos de compra de los consumidores es algo que ha potenciado estos activos. En la actualidad, los usuarios -sobre todo los nativos digitales- prefieren comprar por internet, antes que desplazarse al tradicional centro comercial. En este sentido, destacada la construcción de la mayor plataforma logística para Amazón.

INBISA Y EL ÉXITO DE LAS OFICINAS ‘PRIME’

Las oficinas y el hecho de tenerlas en propiedad son la tercera ‘pata’ del triunfo de la compañía. El mercado ‘prime’ sufre un gran auge en estos momentos en ciudades como Madrid y Barcelona y la empresa está muy bien colocada. La torre Inbisa situada en la plaza de Europa de Barcelona es sólo un ejemplo del buen posicionamiento.

En último lugar, aparecen las obras civiles. Inbisa no se marca límites -así reza su eslogan- y por eso no cierra ninguna puerta, aunque reconocen que este segmento representa una parte muy pequeña de su volumen de negocio. Esto es así porque lo público siempre conlleva mayor burocracia, más tiempo y unos plazos de pago muy extensos. Además, el no depender de las obras sociales como otras grandes –OHL o FCC- reducen los riesgos a la obra de cobrar. Y la máxima de esta pequeña, pero gran empresa familiar, es la estabilidad y la seguridad.