Fridman estudia vender su banco mientras prepara la opa de DIA

El magnate ruso Mikhail Fridman es uno de los hombres de negocios más poderosos del mundo. Petróleo, telecomunicaciones, energía, alimentación y finanzas son algunos de los sectores donde llegan sus tentáculos de poder. En todos ellos se extiende la sombra de la corrupción y de los problemas económicos; pero como animal financiero que es, busca comprar y vender constantemente. Así, previa a la opa de DIA, el multimillonario busca comprador para Alfa Bank, aunque de momento los intentos son fallidos.

La mayoría de la fortuna de Fridman proviene de Alfa Group, que tiene intereses en la banca y el comercio minorista a través de una red de empresas con sede en Gibraltar, las Islas Vírgenes Británicas y Luxemburgo, según Bloomberg. Este grupo es la matriz de Alfa Bank, del que posee el 32,9%. Se trata del séptimo banco más grande de Rusia por activos, según el ranking Banki.ru.

El efecto de las sanciones de EEUU sobre la inversión occidental en Rusia y el grave estado del sistema bancario del país han sido algunos de los detonantes para que Fridman busque vender la entidad bancaria por un precio que podría rondar entre los 7.000 y 8.000 millones de dólares (6.140 – 7.000 millones de euros), según avanzó ‘Financial Times’. Hace un año, el grupo mantuvo conversaciones para la venta con la entidad italiana UniCredit; pero no llegaron a buen puerto. Y en los últimos meses ha hecho lo propio con VTB, el mayor banco ruso. Ninguna de estas confirma ni desmiente los contactos, mientras que desde el banco aseguran no estar en venta.

[td_block_11 custom_title=»» separator=»» post_ids=»96258″ limit=»1″ css=».vc_custom_1496993590403{border-top-width: 1px !important;border-right-width: 1px !important;border-bottom-width: 1px !important;border-left-width: 1px !important;padding-top: 5px !important;padding-right: 5px !important;padding-bottom: 5px !important;padding-left: 5px !important;border-left-color: #000000 !important;border-left-style: solid !important;border-right-color: #000000 !important;border-right-style: solid !important;border-top-color: #000000 !important;border-top-style: solid !important;border-bottom-color: #000000 !important;border-bottom-style: solid !important;border-radius: 4px !important;}» tdc_css=»»]

No obstante, en julio, Fridman contrató a Vladimir Verkhoshinsky, exdirector adjunto de la división minorista de VTB, para dirigir Alfa Bank con el mandato de preparar al banco para una posible venta, según el medio de comunicación. Por ello, la idea de desinvertir parece clara y podría producirse antes de lanzar la previsible opa sobre DIA.

Esta posible venta también podría estar relacionada con el documento sobre las injerencias rusas en las elecciones estadounidenses de 2016, que dieron la victoria a Donald Trump a través de un supuesto hackeo de los servidores del Partido Demócrata de Clinton. Alfa Group aparecía en dichos documentos como participe de la trama. Esta injerencia fue desvelada en un informe del espionaje británico enviado a la CIA y el FBI.

Fruto de ello, Fridman, Pyotr Aven y un tercer inversionista de Alfa, German Khan, demandaron a BuzzFeed por presunta difamación por la publicación de un expediente «no confirmado» del exespía Christopher Steele que acusó al grupo de vínculos corruptos con el presidente ruso, Vladimir Putin. De momento, este proceso sigue su curso judicial.

DESACUERDOS EN LAS DECISIONES DE DIA

Si a Fridman se le complica desinvertir a través de la venta de Alfa Bank, sus intenciones sobre DIA también se encallan. El multimillonario es propietario del 29% del capital de DIA a través del fondo de inversión Letterone. Está a un paso de lanzar una opa si supera el 30%, algo que previsiblemente ocurrirá en marzo cuando el precio de la operación sea más beneficioso para el máximo accionista. No obstante, desde hace unas semanas, el magnate no está de acuerdo con los planes de la cadena española.

Para empezar, considera que las condiciones de la refinanciación o de la ampliación de capital de 600 millones están lejos del mínimo necesario para darle la vuelta a la complicada situación que atraviesa la cadena de distribución. Esto ha provocado que Karl-Heinz Holland (exconsejero delegado de Lidl) y Sergio Dias (hombre fuerte en la división de retail de Letterone) anunciaran su dimisión esta semana.

[td_block_11 custom_title=»» separator=»» post_ids=»96389″ limit=»1″ css=».vc_custom_1496993590403{border-top-width: 1px !important;border-right-width: 1px !important;border-bottom-width: 1px !important;border-left-width: 1px !important;padding-top: 5px !important;padding-right: 5px !important;padding-bottom: 5px !important;padding-left: 5px !important;border-left-color: #000000 !important;border-left-style: solid !important;border-right-color: #000000 !important;border-right-style: solid !important;border-top-color: #000000 !important;border-top-style: solid !important;border-bottom-color: #000000 !important;border-bottom-style: solid !important;border-radius: 4px !important;}» tdc_css=»»]

Estas se suman a la de Stephan DuCharme, la mano derecha de Mikhail Fridman, experto en retail y managing Partner de L1 Retail. La excusa: la intención de centrar sus esfuerzos en trabajar desde Letterone en el proceso de diseño y desarrollo de un eventual plan de sostenibilidad a largo plazo para la sociedad.

OTROS NEGOCIOS DE FRIDMAN INVESTIGADOS

El magnate ruso tiene una fortuna valorada en 12.600 millones de dólares (11.048 millones de euros), según datos actualizados de Bloomberg. Algo que le hace posicionarse en el puesto número 88 del ranking global de ricos, en el décimo si nos referimos solo a Rusia o en el puesto 15 del sector del retail.

Cuenta con un pasado oscuro que vincula sus negocios con Vladímir Putin, y hasta con el desastre del Prestige. El petróleo del Prestige pertenecía a una sociedad de comercio llamada Crown Resources, propiedad de Alfa Group en el momento del desastre, cuyo cofundador también ejercía de presidente del Consejo de Vigilancia: y ese era Fridman.

El magnate también tiene participaciones en tres empresas que cotizan en bolsa, incluido el 22% de X5, una cadena de alimentos a la que se le apoda como el ‘Mercadona ruso’. Asimismo, posee un 21% de Veon y el 5% de Turkcell, ambas compañías de telefonía móvil. Junto a ellas, tiene inversiones en la cadena minorista de alimentos saludables Holland & Barrett, el servicio de reserva de automóviles Uber y FreedomPop, un proveedor de servicios móviles de Internet móvil.