El de los autónomos es un colectivo muy expuesto a acumular deudas. En la mayoría de los casos no es que el afectado no quiera pagar, sino que son las propias deudas de sus clientes las que le llevan a un estado de insolvencia. Esto un grave problema que puede acabar con el patrimonio personal del afectado, por lo que conviene tomar medidas lo antes posible.
Un autónomo no es una sociedad, por lo que no tiene su responsabilidad limitada en modo alguno. Lo que significa que de las deudas derivadas de su negocio debe responder personalmente con su patrimonio, e incluso con el patrimonio de su pareja si está casado en régimen de sociedad de gananciales.
¿Qué es la Ley de Segunda Oportunidad?
La LSO es una norma puesta en marcha en el año 2015 a raíz de la crisis económica para ofrecer una salida a aquellas personas y empresas que habían acumulado demasiadas deudas y no tenían forma de hacerles frente. Aunque supuso una novedad en nuestro ordenamiento jurídico, lo cierto que es que en otras países de Europa y también en Estados Unidos estos procedimientos son ya habituales desde hace décadas.
La ley permite que las personas sobreendeudadas lleguen a un acuerdo de pago que sea acorde a sus posibilidades. En caso de que no sea posible de ninguna manera hacer frente a toda las deudas, entonces se puede pedir el Beneficio de Exoneración del Pasivo Insatisfecho (BEPI). Esto implica la cancelación de las deudas pendientes.
