La agencia internacional de calificación crediticia Fitch Ratings, tras analizar los últimos resultados de Iberdrola, ha concluido que su calificación crediticia se sitúa en BBB+, es decir que la energética tiene un grado de inversión medio-alto. Por otro lado, Fitch apunta a que la deuda senior sin garantía se mantiene en A-.
El razonamiento detrás de esta actualización de la calificación crediticia de Iberdrola está en que en sus últimos resultados ha demostrado tener un negocio estable, con alto nivel de diversificación. Esto es especialmente importante, ya que la energética tiene una gran parte de su EBITDA en actividades reguladas o cuasi-reguladas, que le garantizan alta previsibilidad en sus flujos de caja.
Además, Iberdrola cuenta con un plan estratégico muy ambicioso en 2025–2028, con una inversión de 58.000 millones de euros. Donde cerca del 64% de este presupuesto está destinado a la inversión en redes; y el resto, 21.000 millones euros caerían en el fomento de las energías renovables y el negocio de clientes. A esto se le suma que la empresa destina un 65% de sus inversiones a países con una calificación crediticia alta como Estados Unidos o Reino Unido, exponiéndose a menos riesgos que otras compañías europeas.
Iberdrola puede financiar su expansión sin comprometer al rating
Por otro lado, el análisis de Fitch apunta a que Iberdrola tendrá un flujo de caja libre negativo de unos €15.600 millones en 2025–2028, debido al alto nivel de inversión que está llevando a cabo en un plan estratégico, además del aumento de los dividendos. Una circunstancia donde la agencia no muestra preocupación, ya que según apunta la energética ya realizó una ampliación de su capital de 5.000 millones de euros en julio de 2025, sumado a que también ha completado casi su rotación de archivos por 5.600 millones de euros.
De hecho, según apunta Fitch, la empresa a 2025 cuenta con una liquidez de 6.500 millones de euros, además de 16.600 millones en líneas de crédito disponibles. Estos datos se traducen en que según la agencia, la energética cuenta con capacidad para financiar su expansión sin comprometer el rating, incluso con flujo libre negativo, porque tiene alta capacidad de emisión, liquidez y capital nuevo.
Por otro lado, en cuanto a deuda, Fitch espera que Iberdrola mantenga un apalancamiento de entre 3,7 y 4,5 veces su EBITDA, una tasa dentro del rango aceptable de una calificación crediticia de BBB+. Además de que los analistas esperan que su deuda bruta suba en torno a unos 70.000 millones de euros en 2028, pero que esperan de forma planificada y respaldada por activos regulados.
Por ello, Fitch eleva su previsión de EBITDA de todo el año a 16.000 millones de euros, un +3,2 % frente a su estimación anterior. No obstante, también señala una serie de riesgos que podrían repercutir en su calificación crediticia:
- Existe riesgo de bajada si: Su tasa de deuda neta/flujo operativo supera de forma sostenida el límite para mantenerse en BBB+, que es de 5,1 veces el EBITDA. Además de si baja la cobertura de intereses sobre el flujo de caja operativo baja 4,1 veces de forma sostenida, dando pie a que el colchón de rentabilidad frente a los pagos de intereses se estreche; y si existen alteraciones en el marco regulatorio de los países más importantes donde opera Iberdrola.
- Existe posibilidad de subida si: Baja su apalancamiento a niveles óptimos para la calificación crediticia de A- (inferior a 4,4 veces su EBITDA); y si su flujo operativo es al menos 5 veces mayor a lo que paga Iberdrola en intereses por su deuda.
En definitiva, Iberdrola está teniendo un buen rendimiento, que según los analistas hacen que tenga una calificación crediticia de BBB+








