A pesar de algunas decisiones recientes por parte de empresas con un alto perfil global, como Telefónica e Iberdrola, la inversión española en Latinoamérica no ha hecho más que aumentar en los últimos años, triplicando el número de 2007 y aumentando de forma continua tras la pandemia. Así lo revela el informe reciente del Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica (CEAPI), titulado «Evolución reciente de las inversiones españolas en América Latina», en el que muestra que desde España, y Europa, se le sigue dando una importancia estratégica al territorio.
Es cierto que hay motivos para mostrar preocupación en el largo plazo. La incertidumbre política de algunos territorios, las sanciones interpuestas por el gobierno de Donald Trump, y los aranceles de este último ciertamente pueden complicar procesos. Aun así, tanto la Presidenta de CEAPI, Nuria Villanova, como la Profesora Isabel Álvarez, autora del informe, mostraron optimismo a que la tendencia se mantendrá en el largo plazo.
La presencia de materias primas necesarias para la sostenibilidad, el crecimiento del turismo en la región, lo que explica las apuestas de Iberia o Air Europa, y la necesidad de aumentar la influencia económica y política de Europa en el nuevo continente frente al crecimiento de China, obligan tanto a España como al resto del viejo continente a poner el ojo en el nuevo.
En particular, se ha subrayado 5 países como claves para la presencia de la inversión española en las Américas. Argentina, Brasil, Chile, Colombia y México son los que han recibido un mayor porcentaje de la inversión de España y de Europa. En particular, el territorio mexicano es especialmente atractivo para la inversión española, recibiendo el 28,9%, con la cercanía de Estados Unidos, manteniéndola como un espacio clave a pesar de los cambios políticos y de los conocidos problemas de seguridad del territorio.
El resto de los países en la lista tienen diferentes motivos para ser atractivos para España y para Europa. Desde la presencia de materias primas, a la importancia que tienen en cuanto a las inversiones del sector servicios. En el segundo puesto se mantiene Brasil, con un 21,8% de la inversión española en las Américas, y en tercer lugar, a pesar de su complicada situación económica, sigue Argentina con un 19,4%.
LA INVERSIÓN EN AMÉRICA LATINA SE HA INCREMENTADO TRAS LA PANDEMIA
Tanto la catedrática como la presidenta del CEAPI han querido señalar que el mayor crecimiento de la inversión española en estos territorios ha ocurrido precisamente, mientras que los titulares giraban alrededor de las dos grandes empresas españolas que han abandonado estos países. La salida de Telefónica de una buena parte de los territorios americanos, por la decisión de enfocar sus esfuerzos en crecer en Europa, y la de Iberdrola de México han sido el foco de los titulares, pero revisando los datos, estos solo muestran la mitad de la historia.

En particular, los datos no solo se han mantenido en una tendencia positiva desde 2007, llegando al máximo de inversión en Latinoamérica este mismo año, sino que se ha disparado en los últimos cinco años, en particular tras el final de la pandemia, tras una caída en 2020 en todos los sectores. Es cierto que no se trata de un crecimiento homogéneo, con algunos países viendo como las inversiones ibéricas desaparecen, pero el dato global es positivo para el nuevo continente.
LAS EMPRESAS DE LATINOAMÉRICA CON PARTICIPACIÓN ESPAÑOLA CRECEN
El otro punto clave del informe de la CEAPI es precisamente que la mayoría de estas inversiones se realizan a través de empresas fundadas en los territorios iberoamericanos, pero que hoy en día tienen capital español. De hecho, durante la última década, el número de empresas con más de un 50% de su capital de origen español se ha multiplicado por cuatro, pasando de 2.330 en 2014 a 10.811 en 2024.
Es cierto que, hay periodos que rompen esta tendencia, 2020, por las causas conocidas, y 2023, se tradujeron en los grandes periodos de desinversión española y europea en las Américas. Sin embargo, el dato ha vuelto a ser positivo en 2024 y en 2025 la tendencia parece mantenerse con un solo trimestre restante en el año. Será interesante ver que ocurre en 2026 en medio de la tensión política del continente, pero todo apunta a que estas generan más dudas entre los inversores locales que entre los europeos interesados.








