viernes, 15 agosto 2025

Guionista de ‘Élite’ lo destapa: «Hay un personaje principal que iba a morir en la primera temporada y nos negamos a matarlo»

Pocas series como Élite han conseguido que media España se muerda las uñas con cada final de temporada, pero lo que pocos imaginaban es el giro de guion que nunca vimos en pantalla. La revelación es de las que cambian por completo la percepción de la historia, porque el plan original era que Samuel muriera al final de la primera temporada, un desenlace que habría dinamitado el futuro de la ficción de Netflix. ¿Qué habría sido de Las Encinas sin uno de sus pilares?

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El destino de los personajes a veces pende de un hilo, de una conversación en una sala de guionistas que lo altera todo. En el caso de este drama de Las Encinas, los guionistas se negaron a matarlo al ver el enorme potencial del personaje y la química del actor, una decisión valiente que reescribió las reglas del juego. Saber esto ahora nos obliga a mirar las primeras temporadas de Élite con otros ojos, descubriendo una serie que pudo ser y nunca fue.

EL SECRETO MEJOR GUARDADO DE LAS ENCINAS

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Resulta casi imposible imaginarlo ahora, pero en los primeros borradores de la trama, la historia de Samuel García tenía fecha de caducidad. Su muerte no era una idea al azar, sino una pieza clave del puzle inicial, pues su fallecimiento estaba diseñado para ser el gran golpe de efecto que cerrara el misterio del asesinato de Marina. Hubiera sido un final desolador y coherente con el tono oscuro de la serie, un sacrificio que habría dejado a los espectadores en estado de shock y sin uno de los personajes más queridos de Élite.

La lógica detrás de ese primer plan era implacable y buscaba subrayar una de las ideas centrales de la ficción juvenil: la impunidad de los poderosos. Con su desaparición, el personaje de Samuel representaba al inocente que paga los platos rotos de un mundo que no es el suyo, un cordero sacrificado en el altar de los secretos y las mentiras de la clase alta. Era un final trágico, poético y, sin embargo, algo en el proceso creativo hizo saltar todas las alarmas. El personaje era demasiado valioso para dejarlo ir.

¿POR QUÉ LOS GUIONISTAS SE NEGARON EN REDONDO?

El punto de inflexión no fue una compleja estrategia de marketing, sino algo mucho más orgánico y humano: el talento. La magia que sucede cuando un actor no solo interpreta un papel, sino que lo habita, lo transforma y lo eleva. En este caso, la interpretación de Itzan Escamilla dotó al personaje de una humanidad y una profundidad que no estaban del todo previstas, convirtiendo a Samuel en alguien por quien la audiencia estaba dispuesta a luchar. Los creadores de la serie de Élite supieron verlo a tiempo.

Una sala de guionistas es un ente vivo donde las ideas fluyen, chocan y evolucionan. La decisión de salvar a Samuel no fue un capricho, sino una apuesta por el futuro del fenómeno de Las Encinas, porque el equipo de guion vio en él el corazón moral y emocional que la serie necesitaría para sostenerse a largo plazo. Se dieron cuenta de que matarlo sería un impacto momentáneo, pero mantenerlo vivo les abría un universo de posibilidades narrativas que enriquecerían Élite durante años.

EL EFECTO MARIPOSA: ASÍ CAMBIÓ TODA LA SERIE

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Cada decisión en un guion tiene consecuencias, pero esta fue un auténtico terremoto que redefinió el mapa de la serie. Pensemos por un momento en lo que nos habríamos perdido: sin Samuel, no habría existido «Carmuel», esa relación tóxica y adictiva con Carla que se convirtió en el motor de varias temporadas. De hecho, toda la trama de la segunda y tercera temporada se construyó sobre la obsesión de Samuel por limpiar el nombre de su hermano, una cruzada que jamás habría tenido lugar. El universo de Élite sería irreconocible.

El cambio fue tan profundo que afectó a la estructura misma de la producción española. La supervivencia del personaje obligó a crear nuevas líneas argumentales, a forjar alianzas inesperadas y a explorar conflictos que nunca estuvieron en la hoja de ruta. Al final, mantenerlo vivo permitió explorar complejas dinámicas de poder, amor y lealtad que enriquecieron la ficción, demostrando que a veces el mejor plan es el que se rompe. El Élite que conocemos nació de esa negativa a seguir el guion.

UN PERSONAJE PUENTE ENTRE DOS MUNDOS

Más allá de sus tramas amorosas y su implicación en los misterios, Samuel cumplía una función esencial en la narrativa. Era los ojos del espectador, el chico de barrio que se colaba en un ecosistema de lujo, privilegios y peligros. De esta manera, Samuel funcionaba como el ancla de la audiencia en un universo de lujo y excesos que de otro modo sería impenetrable. A través de él, entendíamos la injusticia, la impotencia y la rabia que sentía cualquiera que no perteneciera a ese círculo cerrado del reparto de la serie.

Era, en muchos sentidos, la brújula moral de la historia, incluso cuando se desviaba del camino. Mientras otros personajes se movían por egoísmo, ambición o pura supervivencia, las motivaciones de Samuel casi siempre estaban ligadas a la justicia y la lealtad. Por eso, su lucha constante, aunque a veces torpe y desesperada, era el contrapunto necesario a la frivolidad de Las Encinas. Sin él, la balanza moral de Élite se habría desequilibrado por completo, perdiendo una parte fundamental de su crítica social.

LA MAGIA DEL DIRECTO Y EL DESTINO QUE NUNCA FUE

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Lo que este secreto desvela es la fascinante naturaleza del proceso creativo en una serie de éxito. Confirma que las historias no son bloques de mármol inamovibles, sino arcilla que se moldea con el trabajo diario, el instinto y el talento. En el caso del éxito internacional de Netflix, esta decisión demuestra que las grandes historias están vivas y pueden cambiar de rumbo gracias a la química del equipo. Un actor, un guionista o un director pueden ver algo que nadie más vio y reorientar el destino de un universo entero.

El viaje de Samuel, irónicamente, acabó siendo uno de los más largos y complejos de la ficción, lleno de altibajos y con un final que también dio mucho que hablar. Saber que pudo terminar en la primera temporada le añade una capa de épica a su recorrido. Y es que el personaje, aunque terminara de forma trágica temporadas después, definió el alma de la serie durante años. El legado de la ficción demuestra que a veces, las mejores historias son las que se atreven a contradecirse a sí mismas para seguir latiendo, algo que Élite hizo a la perfección.


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