Con el calor apretando y la nevera pidiendo un respiro fresco, el gazpacho envasado se presenta como salvavidas. Sin embargo, elegir a ciegas puede jugarnos una mala pasada: la OCU ha analizado 39 gazpachos refrigerados y ha detectado diferencias abismales entre ellos. Mientras algunos saben a tomate fresco y hierbas, otros pesan como agua con colorante y sabor artificial.
Elegir bien no es cuestión de precio, sino de mirar más allá de la etiqueta y fiarse de la puntuación de expertos. Con el informe en la mano, descubrimos qué marcas conviene evitar para no llevar a casa un impostor sin apenas nutrientes y cuánto difiere un auténtico gazpacho de esos sucedáneos anodinos.
7Cómo detectar un mal gazpacho

Para evitar las trampas, la OCU recomienda leer la etiqueta con detenimiento: buscar “tomate” como primer ingrediente, un porcentaje elevado de hortalizas y aceite de oliva en lugar de aceites vegetales genéricos. Si encuentras más aditivos que tomates, mejor descartar el envase...
Evita nombres confusos como “gazpacho de verduras” o “crema fría” que a veces esconden fórmulas ultraprocesadas. Un listado corto y reconocible es señal de producto cercano al casero: tomate, pimiento, pepino, aceite y poco más. Así, cada compra se convierte en una elección informada y acertada.