La DGT podría quedarse sin uno de sus métodos más icónicos para frenar la conducción bajo efectos del alcohol: los soplidos improvisados con linternas y tubos de plástico. Hoy existe un sistema llamado alcoholock que impide arrancar el motor si detecta alcohol en tu aliento, y desde el 6 de julio de 2022 todos los coches nuevos en Europa deben llevar la preinstalación lista para activarse.
Mientras seguimos recurriendo a multas y retenes, los datos del Instituto Nacional de Toxicología no mejoran: entre un 40 % y un 50 % de los fallecidos en accidente presentan alcohol en sangre. El alcoholock convierte a cada vehículo en un guardián automático de la seguridad, ofreciendo una solución definitiva donde las campañas y sanciones han fracasado.
8Cómo cambia tu experiencia al volante

Con el alcoholock activo, “si bebo, no conduzco” se transforma en realidad técnica ineludible: el coche no arrancará si soplas por encima del límite legal. Ese cambio de paradigma aporta una certeza absoluta que en Suecia recortó accidentes con alcohol en más de un 30%.
Además, quien nunca superó una prueba de alcoholemia se siente más tranquilo: sabe que, tras una copa, su alternativa es recurrir a taxi o transporte público, sin confiar en esquivar un control.