Asomar el codo por la ventanilla para combatir el calor veraniego es habitual, pero la DGT advierte que esta práctica puede derivar en sanciones si afecta la libertad de movimientos o la seguridad al volante. Aunque no figura literalmente en la normativa, el artículo 18.1 del Reglamento General de Circulación contempla cualquier maniobra que ponga en riesgo el control del vehículo.
La DGT aclara que la multa no recae por el mero gesto de sacar el brazo, sino por el peligro que ello supone: en un choque lateral, un impacto o un roce contra otro vehículo, quien tiene el codo fuera se expone a lesiones graves o amputaciones. Más allá de la sanción, el riesgo físico es la razón principal para evitar esta costumbre.
1Riesgo real al perder el control del volante

Conducir con el codo apoyado fuera de la ventanilla compromete la capacidad de tomar el volante con ambas manos si surge un imprevisto. La DGT señala que, ante una maniobra brusca, el conductor podría no retener el volante con la fuerza necesaria para mantener la trayectoria, aumentando la probabilidad de accidente.
La valoración del riesgo recae siempre en el agente de la DGT, que decidrá si la posición del brazo ha impedido girar el volante o actuar con rapidez. Una infracción leve puede escalar a grave si el codo fuera genera una distracción o impide la correcta dirección del vehículo.