Los conductores ya conocen los radares convencionales, pero la DGT ha dado un paso más con dispositivos capaces de vigilar velocidad en ambos sentidos y detectar acelerones tras el paso. Estas máquinas pretenden erradicar maniobras para evadir sanciones y aumentar la seguridad vial en cada tramo controlado del país.
Aunque muchos memorizaron ubicaciones de radares fijos, bastan unos metros para pasarlos de largo y recuperar velocidad, algo que la DGT ha decidido impedir. Las nuevas unidades disparan una foto bidireccional, obligando a mantener el límite incluso al alejarse, lo que supone un cambio contundente para conductores despistados o temerarios.
1Eficacia de la DGT reforzada con visión doble

La DGT instaló 122 puntos de control en vías de Castilla y León, Andalucía y Comunidad Valenciana, entre otras regiones, combinando 9 radares fijos y 8 de tramo. Estos aparatos calculan velocidades de aproximación y de alejamiento, generando pruebas irrefutables de exceso. La multitud de datos aumenta la precisión de cada denuncia.
El propósito es claro: eliminar el clásico truco de acelerar tras pasar el radar y obligar al conductor a respetar el límite en todo momento. Al aplicar la norma de forma continua, la DGT refuerza su mensaje de que cualquier exceso será detectado… reduciendo accidentes por velocidad excesiva y salvando vidas.