lunes, 12 mayo 2025

Tu casa gasta luz sin que lo veas: El consumo ‘fantasma’ de este aparato te fulmina la factura

Llegar a fin de mes se ha convertido en una suerte de deporte olímpico para muchas familias españolas, y la factura de la electricidad suele ser uno de los saltos más complicados de superar. Lo que muchos desconocen es que, más allá del consumo evidente cuando encendemos un electrodoméstico, existe un goteo silencioso y constante de luz que engorda el recibo sin que nos percatemos, un enemigo invisible que opera en la sombra y al que popularmente se conoce como consumo ‘fantasma’. Este fenómeno, lejos de ser una anécdota, puede suponer un porcentaje nada despreciable del gasto energético total de un hogar, transformando pequeños descuidos en un auténtico agujero para el bolsillo.

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Este consumo en ‘stand-by’ o en reposo es el responsable de que muchos aparatos sigan tirando de la red eléctrica incluso cuando creemos que están apagados. Desde el televisor con su piloto rojo encendido hasta el cargador del móvil que dejamos enchufado por costumbre, pasando por una miríada de dispositivos modernos que esperan pacientemente nuestras órdenes, todos contribuyen a esta sangría energética. Identificar a los principales culpables y adoptar medidas sencillas puede marcar una diferencia sustancial, no solo para nuestra economía doméstica, sino también para un uso más responsable de los recursos y, por ende, para el medio ambiente, una cuestión que cada vez preocupa más a la ciudadanía consciente del impacto de nuestro consumo de luz.

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LA COCINA NO DESCANSA: PEQUEÑOS ELECTRODOMÉSTICOS CON APETITO OCULTO

Fuente Pexels

La cocina es otro de los puntos calientes del consumo fantasma, un lugar donde la eficiencia energética a menudo pasa a un segundo plano frente a la funcionalidad inmediata. El microondas, con su omnipresente reloj digital y su panel listos para la acción, es un clásico ejemplo de aparato que consume energía de forma continua simplemente por estar enchufado. Aunque parezca una cantidad ínfima, multiplicada por las veinticuatro horas del día y los trescientos sesenta y cinco días del año, la cifra resultante puede sorprender a más de uno al revisar el consumo de luz.

Otros culpables habituales son las cafeteras modernas, especialmente las de cápsulas, que suelen mantener el agua caliente o estar en modo de espera para un uso rápido. Los pequeños electrodomésticos como tostadoras con indicadores luminosos, robots de cocina con pantallas digitales o incluso algunos modelos de frigoríficos con dispensadores de hielo y agua conectados permanentemente, contribuyen a este derroche silencioso que se refleja en la factura mensual. La suma de estos pequeños consumos puede representar un porcentaje significativo del total, mermando nuestra capacidad de ahorro sin que apenas nos demos cuenta del origen de ese gasto extra de luz.


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