Cuando tiene lugar un siniestro de grandes magnitudes, además de su impacto mediático, como el incendio del edificio del barrio de Campanar en Valencia, es importante que funcione con la máxima precisión posible el engranaje de la restauración de los daños causados.
No solo se trata de la existencia de víctimas que, por supuesto, es lo prioritario, y muchas de ellas mortales, cuyo daño, desafortunadamente, es ya irreparable; sino que se ha de tener también, desde el minuto uno, la mente puesta en la necesidad de devolver a los afectados, cuanto antes, a su estado de bienestar anterior al siniestro o, al menos, al más parecido posible.
Y en todo ese cometido, la figura de los peritos de seguros resulta esencial. Su papel central entre aseguradora y asegurado, o como perito de parte, es crucial no solo para determinar el origen del siniestro, sino también para el establecimiento de las indemnizaciones que correspondan a los perjudicados y agilizar su tramitación.
Evaluar las acciones a tomar para la reconstrucción, valorar las reparaciones y gastos a asumir, confeccionar propuestas de indemnización o el reparto de las cargas entre los diferentes seguros que puedan concurrir son los cometidos principales que solo pueden desempeñar los peritos de seguros profesionales. La imparcialidad, objetividad y justicia que caracterizan su trabajo serán decisivos en la resolución del siniestro, en el establecimiento de las indemnizaciones y en el pago a quien corresponda.
Y, como no podía ser de otra manera, la solidaridad también ha de estar presente en estos acontecimientos que encojen a todos el corazón. Dando muestra de esa solidaridad, desde APCAS se puso a disposición de todos los afectados por el incendio de Campanar, desde el primer momento, una serie de recursos para ayudarles y facilitarles las gestiones.
Desde consejos y directrices sobre cómo proceder a la hora de comunicar el siniestro a la aseguradora, hasta la prestación de asistencia para la elaboración de los inventarios de los bienes dañados o desaparecidos en el siniestro. Incluso para quienes contaran con seguros, APCAS ofreció la colaboración altruista de sus asociados para estas gestiones, garantizando una evaluación precisa de los daños y, de ese modo, una respuesta eficiente por parte de las aseguradoras.
Como ha quedado claro en un evento tan trágico como este incendio de Campanar, la profesionalidad no está reñida con la solidaridad. A pesar de las dificultades a las que, día a día, se enfrenta el perito de seguros, y que desde APCAS vienen y continuarán denunciando, sus profesionales han demostrado estar a la altura de las circunstancias. No solo como profesionales, con su experta pericia, sino también como personas y ciudadanos, ayudando y asesorando a los que más lo necesitan en situaciones como esta, arrimando el hombro para hacer más fáciles y llevaderos estos momentos, sin duda de angustia, por los que los afectados han pasado. Ahí han estado y siempre estarán los peritos de seguros.