jueves, 12 diciembre 2024

El empleo de alto valor impulsa la innovación oncológica en España

En el ámbito de los ensayos clínicos oncológicos, España figura entre los líderes mundiales y es un referente en la investigación contra el cáncer. Las empresas farmacéuticas refuerzan su área de innovación con perfiles cada vez más especializados para acelerar el paso de la molécula al paciente.

El tratamiento del cáncer, las infecciones y las enfermedades neurológicas concentran, actualmente, la mayor parte de los fármacos en desarrollo por parte de la industria farmacéutica. La medicina de precisión y el imparable avance de la innovación están abriendo la vía a una nueva generación de tratamientos, atrayendo a profesionales altamente especializados y capacitados para desarrollarlos.

Prueba de ello es que, según Farmaindustria, en las últimas dos décadas se han incorporado al arsenal terapéutico más de 140 nuevos principios activos y, hoy, la industria tiene en desarrollo cerca de 1.400 tratamientos contra el cáncer.

Como consecuencia de este avance, la demanda de talento especializado no para de crecer y, actualmente, el sector farmacéutico español se ubica quinto, entre los países europeos con mayor número de empleados, superando las 49.000 contrataciones, según datos de la Federación Europea de la Industria Farmacéutica (EFPIA, por sus siglas en inglés).

Con cerca de 300.000 nuevos diagnósticos anuales, según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), España es terreno abonado para la investigación y la especialización en cáncer, las nuevas terapias farmacológicas y las políticas de cribado. En este contexto, las farmacéuticas tienen claro que han de realizar no solo altas inversiones en I+D, sino, también, reforzar la apuesta del talento humano, pensando en el largo plazo. Terapias como las CAR-T, la inmuno-oncología, la edición genética o los oncovirus exigen cambios en los modelos de innovación establecidos; pero, sobre todo, un equipo de profesionales altamente preparado y dispuesto a acelerar el paso de la molécula al fármaco y de ahí al paciente.

EMPLEO DE VALOR EN ONCOLOGÍA

Para que España mantenga el liderazgo en innovación farmacéutica, debe continuar adoptando nuevas herramientas vanguardistas de digitalización, como la IA, y es necesario que se dé un cambio de paradigma en la investigación biomédica, evolucionando hacia un modelo capaz de aprovechar el potencial de los profesionales comprometidos con la salud global.

En este sentido, desde BeiGene, multinacional biotecnológica que está actualmente irrumpiendo con fuerza en España, destacan la necesidad de cambiar el modo de pensar y de actuar de la industria para acabar con el cáncer. “El sector necesita un nuevo modelo de I+D basado en la globalización de esa innovación, asumiendo internamente el proceso de desarrollo clínico de un fármaco para hacer accesibles y asequibles los fármacos a los pacientes con cáncer en todo el mundo. Y, para ello, necesitamos crear empleo de valor porque, solo así, seremos capaces de continuar haciendo frente al cáncer”, explica Cristina García Medinilla, directora general de BeiGene en España y Portugal. De momento, apostar por este nuevo modelo ha sido clave para ellos, ya que uno de sus fármacos estrella ha obtenido, en un tiempo récord de tan solo nueve meses, la autorización en España para tratar tres patologías diferentes: leucemia linfocítica crónica, linfoma de zona marginal y macroglobulinemia de Waldenström.

PROFESIONALES ‘PREMIUM’

La solidez del sistema sanitario español y el gran número de compañías dedicadas a la investigación sanitaria han promovido una actividad sin precedentes en la contratación de talento involucrado en la innovación clínica y la aprobación de fármacos, un hecho que anticipa un incremento de lanzamientos en los próximos años, en los que destacarán las áreas relacionadas con la oncología.

Y es que la inversión de las empresas en oncología y su apuesta por la investigación e innovación forman parte de las nuevas fórmulas para atraer talento a compañías como Pharmamar, cuya inversión en oncología aumentó un 23% en el último año, “invirtiendo 172.000 euros por empleado en 2022”, con “un 61% de mujeres, y un 64% de licenciados de los cuales el 20% son doctorados”. Esta inversión se traduce en un área oncológica “con 3 ensayos en Fase III para diferentes indicaciones, como por ejemplo el cáncer de pulmón de célula pequeña; pero, además, tenemos abiertos otros ensayos en Fase II y este año hemos iniciado otros ensayos en fase I con nuevas moléculas. Por no hablar de la preclínica, donde seguimos estudiando los invertebrados marinos de nuestras expediciones marinas de las que ya tenemos una colección de 350.000 muestras, la mayor colección de organismos marinos del mundo”.

Para empresas como BeiGene, la atracción de talento es la base de su estrategia para conseguir el éxito, siendo “fundamental incorporar profesionales con experiencia y capacidad para optimizar nuestras innovaciones, pero también en su parte humana. Buscamos que compartan nuestros valores y que prioricen a los pacientes. Nuestro modelo único de ser y de trabajar, diferente a otras farmacéuticas tradicionales, nos ha permitido conformar un gran equipo y sentimos que hay grandes profesionales que quieren unirse a nosotros”, según García Medinilla.

El aumento del número de trabajadores en un sector de alto valor añadido, como es la industria farmacéutica, se ha intensificado tras la pandemia, promoviendo un crecimiento en la inversión en investigación y desarrollo. Solo en España, los datos de EFPIA los flujos de capital en estas áreas ha crecido casi un 30% entre 2011 y 2021, hasta alcanzar los 1.267 millones de euros. La llegada de los fondos europeos para la recuperación, que priorizan la contratación en sectores científicos y técnicos supondrán un impulso aún mayor, que se verá en los próximos años.

David Marín, director de Oncología de Gilead Sciences España, con 35 personas en plantilla dedicadas a la oncología, ha detallado que sus planes persiguen “duplicar el equipo de trabajo en los años venideros para dar soporte a las futuras indicaciones y moléculas” que vayan desarrollando. Y, todo ello, es gracias al ambiente favorable para la innovación oncológica en España que, según la compañía “tiene una clara vocación investigadora: la calidad de los centros hospitalarios, que se convierten en muchos casos en referentes del desarrollo clínico farmacológico; un proceso regulatorio en materia de ensayos clínicos que nos hace más competitivos que otros países, y un entorno de acceso que hace necesario tener ensayos clínicos para que las últimas innovaciones lleguen a los pacientes”.

Actualmente, la multinacional cuenta con un pipeline de oncología formado por “más de 20 moléculas dirigidas a tumores sólidos y terapia celular, y España está contribuyendo a su desarrollo clínico de forma significativa gracias a nuestro equipo médico cross funcional (Medical Affairs, Clinical Development y Clinical Operations) altamente cualificado y con experiencia en oncología”.

El sector farmacéutico español destaca por su fortaleza, tanto en inversión como en captación de talento, en donde resalta como la industria con mayor porcentaje de investigadores sobre el total de empleados. Una ventaja competitiva que permite augurar un impacto positivo en el desarrollo de terapias y tratamientos que redundarán en una mejor calidad de vida para la sociedad.


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