Una semana más ‘La Promesa’ se ha presentado con nuevas tramas para seguir conquistando a sus muchos espectadores. Esta tarde TVE continuará con una nueva tanda de capítulos en los que las cosas en el palacio irán de mal en peor. La enfermedad de Rómulo, junto al turbio negocio secreto de Pelayo lo complicarán todo.
Todo ello con Jana y Manuel manteniendo una relación en secreto, pues por fin, han decidido ser fieles a sus sentimientos. Pero la presencia de Jimena será un enorme inconveniente para ellos, así como los misteriosos planes de Abel. Resumimos lo acontecido en los últimos episodios y avanzamos lo que va a ocurrir esta tarde.
1‘La Promesa’: don Pelayo esconde un turbio negocio
La fiesta de disfraces que organizó Cruz hace algunas semanas en el palacio marcó un antes y un después en ‘La Promesa’, pues fue el punto de partida para que Manuel y Jana por fin se atrevieran a confesarse su amor y a iniciar una relación. Desde entonces mantienen lo suyo en secreto ante las sospechas de los demás.
Antes de iniciar su relación con Jana, Manuel dejó claro a su esposa que su matrimonio había acabado. Algo que Jimena se niega a aceptar y por ello sigue conviviendo en el palacio. De hecho, en el último episodio vimos incluso que organizó una comida con su marido y sus suegros sin consultarle, algo que sacó de quicio al señorito, pero aceptó por no aumentar sus problemas con su familia política.
Sin embargo, Jana tardó un poco más en finalizar su noviazgo con Abel, ya que le beneficiaba por ser la coartada perfecta. Pero finalmente ha hecho lo correcto, confesándole al médico que está enamorada de otro hombre y que su relación debe ser puramente profesional. Aunque aparentemente Abel se ha mostrado comprensivo, no piensa dejar escapar a la doncella, algo de lo que es consciente María Fernández. Ahora, Abel considera a Manuel su auténtico enemigo.
La semana pasada también asistimos a la despedida de Lope, pues ha decidido marcharse de La Promesa para ser el chef de un importante restaurante de Madrid. Rómulo permitió a Lope cocinar su propia cena de despedida, durante la cual el cocinero le confesó a su amigo que aún sigue enamorado de María Fernández.
Debido a la marcha de Lope, don Pelayo ha optado por traer al palacio a su propio lacayo: Jerónimo Gamboa. Lo que nadie sabe es que ambos están inmersos en un negocio ilegal de tráfico de armas, usando la venta de mermeladas de Catalina como tapadera. La joven, ajena a todo esto, sigue enamorada del Conde de Añil. También ignora que este llegó a La Promesa por orden de Cruz, quien le ha llevado al palacio para que engatuse a su sobrina y se la lleve lejos.