España se consolida como el tercer productor mundial de vino por detrás de Italia y Francia

El consumo de vino en España ha aumentado un 11,9% a lo largo de 2022, según el informe económico de la Organización Interprofesional del Vino de España (OIVE) y, aunque el ritmo de crecimiento interanual fue más rápido durante los primeros meses del año, la evolución del consumo de vino se ha mantenido positiva.

Cuando un extranjero piensa en un buen vino, le es imposible no acordarse de nuestro país. Y es que 3 de cada 5 botellas que se venden en el mundo son españolas. De hecho, España es responsable del 25% de la producción total de vino en Europa. Somos el tercer productor mundial, con una media de entre 40 y 42 millones de hectólitros de vino y mosto al año y contamos con 941.086 hectáreas de viñedo, un 13% del total mundial. Teniendo en cuenta solo el vino, un informe de Statista publicado durante este año muestra que nuestro país también es el tercer productor mundial con 35,7 millones de hectolitros, tan solo superado por Francia (45,6) e Italia (49,8) y seguido de Estados Unidos (22,4), Australia (12,7) y Chile (12,4).

A nivel nacional, el sector vitivinícola abarca el 2,4% del empleo en España y el 2,2% del Valor Añadido Bruto, además de formar parte de la cultura y hábitos sociales mediterráneos. La cultura del vino también contribuye a atraer turismo de calidad, y es que cada año 3 millones de personas visitan las bodegas y los museos de la Ruta del Vino.

En 2020 el sector se vio afectado por la pandemia, con una reducción en su consumo y la cancelación de numerosas catas de de esta bebida y guías turísticas por las bodegas. Sin embargo, fue durante este año cuando aumentaron considerablemente las ventas electrónicas de vino y otros bienes de consumo.   

En España hay 4.133 bodegas, de las que 3.536 son exportadoras. Por eso, es necesaria una modernización del sector que se adapte a las nuevas tendencias de consumo y que dé facilidades a los bodegueros para vender sus productos en el extranjero. Con este objetivo y con el de acercar al bodeguero al cliente ha nacido varias apps en nuestro país para hacer de este manjar algo más accesible como elcaso de Vinow, una delivery app que ofrece una amplia selección de vino de calidad a ser entregado donde y cuando el consumidor lo prefiera en menos de 30 minutos. 

La aplicación está disponible desde el 12 de junio en Google Play y la Apple Store y funciona en Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao, Barakaldo, Alarcón, Pozuelo, San Sebastián de los Reyes, Alcalá de Henares, Sabadell, Terrasa, Badalona, Zaragoza, Sevilla, Málaga, Gijón, Vitoria, Valladolid, San Sebastián y Logroño.

EL CULTIVO DE VINO Y SUS ENORME EXTENSIÓN EN ESPAÑA

La tradición vitivinícola española ha esquivado a lo largo de la historia las más diversas crisis. Al amparo de sus bodegas y de un potente volumen de ventas, ha logrado salir más o menos indemne de los altibajos económicos. No hay que olvidar que lidera el ranking de países por disponer de la mayor superficie de cultivo de viñas de forma ecológica. La extensión total de viñedos supera las 950 mil hectáreas.

En un escenario de escasez de agua y temperaturas extremas el sector vitivinícola se vio muy afectado. Los viñedos son muy sensibles a las condiciones climáticas, y la sequía es una amenaza que ha estado presente durante estos años donde ha cobrado mayor importancia debido al cambio climático y al aumento de las temperaturas. Lo que han causado daños irreparables en la uva, afectando la calidad del caldo y, en casos extremos, llevando a la pérdida total de la cosecha.

España y el vino forman un tándem cuyos orígenes se pierden en el tiempo. Solo la pandemia por coronavirus fue capaz de poner en jaque una relación que bien podría tildarse de idílica. Tras este paréntesis de la Covid-19, las cifras de consumo vuelven a dispararse. Como bien dice el dicho ‘una copa de vino al día no hace daño’.

No obstante, el sector trata de superar estos hábitos de consumo y en los últimos años hemos asistido a un incremento de nuevos estilos de caldos con menor graduación, más fáciles de beber e incluso en formatos individuales, como el vino en lata. Además, las iniciativas como las relacionadas con el enoturismo están ayudando mucho a hacer que su consumo sea más popular.