Cuando hablamos de viajes a Estados Unidos siempre nos vienen a la mente las visitas a las grandes urbes en las que podemos sentir que estamos en una película. Nueva York, Chicago y Los Ángeles suelen ser los clásicos de estas escapadas urbanitas.
Pero realmente norteamérica es territorio para viajar en coche, autocaravana y los más atrevidos en moto. Es ideal para rodar tu propia ‘road movie’, por este motivo vamos a realizar un par de sugerencias que creemos son las más atractivas para los grandes viajeros.
RUTA 66
La clásica entre las clásicas, todo el mundo sabe que el sueño de muchos viajeros es recorrer la Ruta 66, también llamada la Carretera Madre. Esta ruta originalmente va desde Chicago hasta Santa Mónica en Los Ángeles. Un total de 3939 km y una aventura que te lleva a través de ocho estados de los Estados Unidos: Illinois, Missouri, Kansas, Oklahoma, Texas, Nuevo México, Arizona y California.
Pero de ella hay que hablar en pasado, por que hoy en día la Ruta 66 está descatalogada, exactamente desde 1985 que fue remplazada por autopistas, aunque la parte original de la carretera que queda ha sido señalizada con letreros de ‘Historic Route 66‘. Pero la verdad a penas quedan tramos originales en los que pasear.
El recorrido puedes hacerlo al ritmo que cada uno considere adecuado, lo suyo es disfrutar de las diferentes opciones y paradas de la ruta, aunque cabe decir que el la duración media suele ser de entre 10 y 13 días. Y el coste para dos personas puede variar entre los 3.000 y 5.500 euros dependiendo del precio del billete de avión desde España.
Entre las recomendaciones que podemos haceros es disfrutar de la ciudad de Chicago, tercera más grande de USA y con una gran oferta cultural y de curiosidades, además de ser el inicio de la ruta. Obligatoria la parada en Pontiac, un lugar realmente pintoresco con sus murales, coches clásicos y el salón de la fama de la Ruta 66, y Springfield, que no es el de los Simpson y si en el que vivió Lincon.
Otras paradas serían Saint Louis, la gran ciudad del medio oeste con la fusión del Misisipi y el río Misuri y el Museo del Blues. Además, según avances puedes visitar el Gran Cañón en el estado de Arizona y desde allí acercarte a hacer alguna locura en un lugar mítico como Las Vegas, ya dentro del estado de Nevada.
Para finalizar disfrutando de California, un lugar de película. Pero primero debes finalizar el trabajo, para ello visitarás el final oficial de los casi 4.000 kilómetros de la Ruta 66 en el muelle de Santa Mónica, lugar donde oficialmente terminaba la Carretera Madre. Cuidado que el punto exacto donde se señaliza el final esta un poco escondido.
Para poner el broche de oro puedes pasar un par de días en Los Ángeles, la segunda ciudad más importante de USA y la «capital» de la costa oeste americana. Música, cine, historia, cultura y gastronomía se dan la mano en este lugar que hace cerca de 250 años fundaron los españoles.
Ruta 61
«Aquí por primera vez en mi vida pude contemplar a mi amado río Misisipi, seco en la bruma veraniega, bajo de agua con ese olor rancio y poderoso que es el mismo olor que lava a esa américa en carne viva»
Este fragmento de ‘El caminante’ de Jack Kerouac describe cómo nadie el espíritu de la siguiente alternativa, la Ruta 61 o la Carretera del Blues. Un libro que muestra esa américa en movimiento, de caminos y realizada para ser explorada en un vehículo.
La 61 es una ruta que va desde una tierra de ‘cowboys’ como Wyoming hasta la misteriosa y festiva Nueva Orleans. Recorre el país de norte a sur en algo más de 2000 km, sigue el curso del río Mississippi y atraviesa algunas de las tierras donde nacieron el blues y el rock.
Un recorrido que transcurre entre el rural medio oeste norteaméricano y el sur, ese sur que tanto atrae a pesar de su leyenda negra. Un viaje a la historia de los derechos civiles, a los campos de algodón, a la guerra de Secesión, a paisajes desolados y cautivadores e incluso ya olvidados. Y es que pesar de su importancia histórica, sigue siendo una ruta algo olvidada por los viajeros, como buena parte del apasionante sur de Estados Unidos.
Como característica principal hay que decir que es una ruta de paisajes sosegados y modestos, donde se puede disfrutar de música en directo y de lugares míticos de la literatura norteamericana, marcados todavía por las desigualdades raciales de los Estados Unidos. Cultivos bañados por el río Mississippi. Campos de algodón y atardeceres de película marcarán tu trayecto si eliges la 61.
También pasarás por lugares míticos para disfrutar, como el ‘Croassroads’, el cruce de carreteras donde cuenta la leyenda que el músico Robert Johnson vendió su alma al diablo a cambio de dominar el arte del blues en Clarcksdale dentro del estado de Misisipi. El pueblo que la tradición señala como cuna de este género musical.
Pero si eres melómano y rockero no puedes olvidarte de visitar Sun Records en Memphis (Tennessee), el estudio donde se grabó la primera canción de rock’n’roll y que contó entre sus filas con músicos como Johnny Cash, Elvis, Jerry Lee Lewis y Carl Perkins entre otros.
Otro lugar mítico mientras avanzamos entre carreteras secundarias será Hannibal en Misuri, aquí nació el escritor Mark Twain, y es donde entre odas al río Misisipi escribió ‘Las aventuras de Tom Sawyer’. Según descendemos ese río que tanto navegó Mark Twain pasaremos por lugares como Natchez y Vicksburg con sus mil historias sobre la Guerra Civil y sus mansiones Antebellum (anteriores a la Guerra Civil estadounidense). Para acabar disfrutando de la comida sureña e historias de espíritus y vudú en las calles de Nueva Orleans.
Como sugerencia social y antropológica puedes alquilar habitaciones en las casas de vecinos de los propios pueblos y ciudades que atravieses, de esta forma puedes conocer y disfrutar de la ‘Hospitalidad Sureña’, uno de los grandes atractivos del viaje.
El precio del viaje puede rondar los 2.500 y 4.000 euros por dos personas, dependiendo del coste del billete de avión. Es recomendable volar a Nueva York y desde allí viajar a Chicago y bajar en coche hasta Hannibal, desde donde comenzar la ruta. La duración puede oscilar entre 10 y 13 días, dependiendo de las paradas y desvíos que quieras realizar. Ya solo queda elegir cual de las dos y disfrutar.
