La Comisión Europea anunciará este lunes si aprueba sin condiciones o envía a una investigación en profundidad, también conocida como fase 2, la fusión entre Orange y MásMóvil, que crearía un nuevo líder por clientes en España.
Todas las partes dan por descontado que la Comisión enviará la operación a fase 2 por la dimensión de la misma y la complejidad del análisis del mercado de las telecomunicaciones en España.
La propia presidenta de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), Cani Fernández, auguró una «investigación muy a fondo» de la operación en el Congreso de los Diputados la pasada semana.
El regulador español ha reclamado para sí el análisis de la operación, si bien también se da por hecho que la Comisión Europea desestimará su reclamo y asumirá desde Bruselas la investigación.
Sin embargo, Fernández mostró su intención de que haya una «colaboración muy estrecha» entre la CNMC y las autoridades comunitarias y puso en valor el trabajo realizado por el organismo en la compra de Euskatel por parte de la propia MásMóvil.
La entrada en la fase de investigación en profundidad supondrá que la operación se dilate al menos hasta finales del año, con la opción de incluso aprobarse ya en 2024.
Recientemente, la Comisión Europea aprobó con condiciones la compra de dos operadores en Bélgica por parte de Orange como resultado de una investigación abierta en julio y en una operación de menor dimensión que la que involucra al operador francés con MásMóvil.
Asimismo, la nueva fase abrirá formalmente el debate sobre qué condiciones deberán ofrecer las empresas a Bruselas para que aprueben la operación. El ex consejero delegado de Orange España, Jean François Fallacher –ahora consejero delegado de Orange Francia–, alertó de que el operador esperaba que no hubiera prácticamente condicionantes.
A esta tesis se han sumado también tanto el consejero delegado de MásMóvil, Meinrad Spenger, como el presidente de Telefónica, el mayor rival de la futura compañía.
El pasado viernes, José María Álvarez Pallete volvió a incidir durante la junta de accionistas del operador que los ‘remedies’ de la fusión debían ser mínimos o no existir.
El presidente de Telefónica ha remarcado que la operación puede ser «emblemática» para la consolidación del sector de las telecomunicaciones europeos, en el caso de que la Comisión apruebe la operación sin casi obligaciones o desinversiones.
Las razones esgrimidas para sustentar esta tesis es la existencia de casi una decena de operadores que facturan más de 100 millones de euros en España y el carácter hipercompetitivo del sector, tanto a nivel minorista, como mayorista en el campo de la fibra óptica.
Entre los objetivos de los directivos del sector en España es evitar de que la operación acabe reforzando a un cuarto operador, presumiblemente Digi, que mantenga la tensión en el mercado.