Mientras que la mayoría de las polillas se alimentan de frutas y residuos orgánicos, en varias partes del mundo se han encontrado ejemplares que se alimentan de sangre humana y de otros vertebrados.
En Siberia, por ejemplo, encontraron una especie hasta entonces desconocida de polillas vampiro, llamadas Calyptra, que habrían evolucionado a partir de otras exclusivamente frugívoras y adaptado su lengua tubular para penetrar en la piel y poder succionar sangre hasta por períodos de veinte minutos. Curiosamente y a la inversa que los mosquitos, sólo los machos de la especie se alimentan de sangre.