sábado, 14 diciembre 2024

Tratamiento de disbiosis y microbiota, por el Dr. Fernando Ruger Viarengo

Cuando se habla de disbiosis se debe hablar, en primer lugar de eubiosis, que es el término opuesto. Este hace referencia al equilibrio de la microbiota.

Cuando se hace referencia a la microbiota, se habla de esa gran comunidad de microorganismos que convive armónicamente con las personas en el organismo, superficies, mucosas, líquidos biológicos

Según el Dr. Fernando Ruger Viarengo, la microbiota intestinal de un individuo de 70 kg, por ejemplo, se compone de más de 100 billones de microorganismos y pesa alrededor de 200 g (como un mango mediano). Hay de 150 a 200 veces más genes en la microbiota de un individuo que en el conjunto de sus células.

El genoma humano contiene más de 23.000 genes, mientras que el microbioma se compone de más de tres millones de genes que producen millares de metabolitos. En otras palabras, los genes son microbianos en más del 99%.

Si bien existe un “núcleo” compuesto por grupos bacterianos comunes a todos los seres humanos sanos, la composición de cada microbiota intestinal es única y podría decir que identificativa de cada paciente. Sin embargo, cabe aclarar la diferencia entre un microorganismo que se encuentra en el intestino humano y aquellos que forman parte de la microbiota, es decir, que tienen a capacidad de colonizar el intestino, no solamente de transitarlo.

Cuando habitualmente se pregunta cuál es la microbiota normal, la respuesta suele ser: la que no genera síntomas, aunque es un concepto complicado de valorar aunque parezca muy sencillo. A veces se escuchan en consulta, situaciones muy patológicas que los pacientes normalizan, por lo que tanto no lo toman como un síntoma. Por ejemplo, el hecho de evacuar el intestino cada 4 o 5 días o el evacuar el intestino en forma diarreica y con moco porque casi toda su vida lo ha hecho así. En ese sentido, es fundamental ante todo comprender que no existe un patrón definido de cantidad y calidad de microorganismos que clasifique a una microbiota de normal. A pesar de eso, el mundo científico ha establecido ciertas características que si debe cumplir.

Gran riqueza y/o diversidad de especies

El número de especies diferentes y sus diferencias en un hábitat específico (el tracto digestivo, por ejemplo).

Resistencia, resiliencia, y estabilidad en el tiempo

La capacidad para resistir a las perturbaciones (tratamientos antibióticos o dietas desequilibradas, etc.) y para recobrar la estabilidad.

Una gran riqueza de genes microbianos intestinales

El número de genes microbianos en el intestino sería un indicador de buena salud general y metabólica.

Seguramente si se analiza la microbiota de un paciente del norte de áfrica, un chino y un norteamericano, todos ellos sin síntomas y sanos, se encontrará una microbiota con diferencias sustanciales de hasta el 70% en su composición y todas ellas son normales. Por tanto, es más apropiado hablar de microbiota funcional o disfuncional en lugar de normal o anormal. Muchas veces, las perdidas de especies hace que otras especies tomen sus funciones y aunque no se encuentre a esas especies perdidas en una analítica por diversas circunstancias o hábitos, se encuentra su función conservada, porque la metabolómica, es decir, la producción de metabolitos y la función de estos, se encuentra conservada y mantenida por otras especies que toman la posta de las especies perdidas. Por este motivo, esta sigue siendo funcional, por lo que una microbiota funcional es aquella que no da síntomas y mantiene un estado de salud tanto físico como mental de forma óptima, que no tiene que ver tanto con el nombre del microorganismo que se encuentra sino más bien con las funciones que conserva esa microbiota y su metabolomica. A esto se le llama eubiosis y es todo lo contrario a la disbiosis.

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