Croquetas de calabaza: el entrante más original para este otoño

Parece que octubre es el mes de las calabazas. Y no solo porque Halloween esté a la vuelta de la esquina, fecha en la que estas hortalizas cobran un particular y lúgubre simbolismo. En realidad es posible disfrutar de la calabaza todo el año, lo cual es toda una fuente de inspiración para cualquier cocinero, dadas las muchas recetas que se pueden preparar con ella. En este caso, las croquetas de calabaza. Quizá no sea un plato tan famoso como la crema de calabaza, o como otras coquetas cocinadas a base de jamón o pollo, pero os aseguramos que el resultado es fantástico.

Además, las croquetas de calabaza son fáciles de hacer, como iremos indicando en este artículo.

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Mezclar la calabaza y la cebolla

Si nos hemos quedado cortos de sal, es momento de echar algo más. Justo después, se tritura tanto la calabaza como la cebolla. Hay que tener en cuenta que la idea tras todo este proceso consiste en que ambos ingredientes se mezclen bien, para que después las croquetas queden lo más deliciosas posibles.

Una vez hecho esto, que sería la alternativa a la típica bechamel de las croquetas más tradicionales, se le pone el queso y se lleva la masa resultante al interior de la nevera. Ya se sabe que en estos platos es necesario que primero todo repose bien y se enfríe, cuantas más horas mejor. Muchas veces lo más práctico es hacerlo por la noche y esperar a la mañana siguiente, aunque todo depende del tiempo del que se disponga.