Las obras de Renfe en Soria alejan más la España vaciada

La nueva reparación del tren que conecta Madrid con Soria, que según el la propia Renfe tardará hasta febrero, deja aún más reducida la oferta de trenes de los pueblos españoles. Si bien la compañía ha ofrecido un servicio alternativo en autobús para aquellos que lo necesiten es otra señal de abandono para los pueblos españoles, al lado de los cuales pasan las vías de tren sin que uno se detenga.

Paradójicamente esto ocurre mientras que la empresa, y el resto de la industria ferroviaria se preparan para convertirse en una de las principales vías de conexión entre ciudades para turistas. El mayor número de trenes al haber más compañías en las vías, las ofertas de precios lowcost y la recuperación de servicios de alta velocidad se han transformado poco a poco en la prioridad de la estatal. 

Mientras tanto algunas zonas del país se deben conformar con escuchar el sonido de la locomotora mientras pasa de largo. Es una realidad complicada de enfrentar, en especial dado que los problemas de las vías y el mantenimiento de servicios como el cercanías parecen ser complicados. 

CUANTAS VÍAS HAY EN ESPAÑA

En el país, de momento, hay unos 15.679 kilómetros de vías ferroviarias. Sin embargo, no es tan fácil adaptar nuevos trenes para estas rutas. Las diferencias de sistemas de seguridad, señalización y el ancho de las vías, derivados de la antigüedad de las vías del país. Es que el famoso «ancho iberico», y los sistemas de seguridad obligan que los trenes que ruedan en buena parte del país sean distintos al resto de Europa. 

Ahora con la llegada de competencia desde Italia y Francia, la estatal y Adif están trabajando contra reloj para abrirse a los destinos claves, de hecho Renfe, Iryo y Ouigo no dejan de anunciar rutas entre ciudades como Sevilla, Valencia, Madrid e incluso Malaga. Pero en ese proceso los pueblos con menor peso turístico o económico, como puede serlo Soria, pueden perderse en el proceso.

De allí que para pueblos como Soria sean tan preocupantes las interrupciones en el servicio, en particular una tan larga como la anunciada por ADIF y Renfe que interrumpiría la conexión entre el pueblo y la capital por al menos 4 meses, incluyendo las navidades. 

LA OPCIÓN DEL AUTOBÚS

Por fortuna la estatal ha ofrecido un servicio de autobús temporal para atender a los pasajeros y no dejarles desconectados del resto del sistema, un servicio que sin embargo cumplirá con las mismas paradas que usualmente haría el tren. De todos modos, a sabiendas que los tiempos pueden ser bastante más lentos, han ofrecido devolver el dinero a quienes tenían abonos pagos. 

Eso podría empujar a los usuarios a buscar otras alternativas. Los autobuses de Alsa, por ejemplo, recorren la ruta entre Soria y Madrid de forma directa, bastante más rápido que lo que debe hacerlo el servicio de autobús prestado por Renfe. El problema, es que justo durante estos meses la posibilidad de adquirir el abono de transporte de forma gratuita era una de las grandes medidas paliativas del gobierno. Ahora con tal de atravesar la ruta de forma más rápida, y disminuir en lo posible el efecto del tráfico o el clima, los usuarios podrían tener que pagar hasta más de 30 euros.

A esto se suma además el problema evidente de que el transporte en tren se presenta como la opción más sostenible, por lo que obliga a los habitantes de los pueblos a recurrir al bus o a su propio coche. Ambas opciones son más dañinas y costosas que un servicio de trenes. 

UN ABANDONO EVIDENTE

Lo cierto es que el abandono de los pueblos por parte de la industria ferroviaria no es una novedad. La denuncia ha sido constante, al punto que el alcalde de Humanes le presentó una carta a Taboas para intentar buscar una solución al problema. A pesar de ello tanto la empresa estatal como el Gobierno han insistido en que España tiene todo para ser una potencia ferroviaria que se comparé con Suiza o Austria.

Para ello sin embargo aún es necesario que se termine la electrificación de las vías españolas. Aún quedan 10.000 kilómetros que se deben adaptar a las nuevas energías, y proyectos como los trenes de hidrógeno aún parecen lejos de una implementación completa. 

Son puntos que tendrán que resolverse en los próximos años. Lo cierto es que si se quiere una transformación energética real es necesario que los pueblos puedan depender sin grandes interrupciones de los servicios ferroviarios. Si bien Renfe debe ser la principal responsable también es cierto que la llegada de una competencia real debería repartir la responsabilidad. 

Ernesto Rodriguez
Ernesto Rodriguez
Periodista, entrevistador e investigador de oficio. Amante del cine, la música y Political Junkie. Escribo de empresas de transporte, cultura y sanidad