Motivos para no comprarte una freidora sin aceite

Vivimos ya en un mundo tecnológico y ya no sólo nos preocupamos de qué lavadora, televisor o PC comprar. Ahora nos preocupamos, y mucho, de productos que eran rarezas y ahora son casi de uso habitual como aparatos domóticos, gadgets varios y electrodomésticos del siglo XXI con las más variadas utilidades, sobre todo en plan robots. Pero hay uno que últimamente ha arrasado en muchos hipermercados, tiendas de electrodomésticos y online: la freidora sin aceite. Y es que combinan dos demandas enormes: la comodidad a la hora de cocinar, sin ensuciar y además hacerlo de manera sana y encima sin gastar en este caso aceite. Sin embargo, veamos que tiene también sus contraindicaciones y motivos para al menos pensarse si comprarlo o no.

6
OTROS CONTRAS PRÁCTICOS

La freidora sin aceite

Pero la freidora de aceite tiene otros inconvenientes ya relacionados con la practicidad culinaria. Por ejemplo, es más complicado freír al aire un plato grande entero o incluso un pollo entero pequeño, por lo que puede requerir varias sesiones de freír al aire, gastando más en tiempo y energía.

Además, no puedes cocinar platos grandes, sino tan solo lo que se podría decir producto para el picoteo, como entrantes. Es el caso de las patatas o las croquetas. Si tenemos una comida o cena con muchos invitados, ya no podrás usarla. Además, vale la pena para alimentos ya cocidos, no para rebozados como pescado frito, alitas, marisco…

Felix Esteban
Felix Estebanhttp://www.felixesteban.com/
Nací en Valladolid, donde estudié Periodismo, pero llevo varios años viviendo en Madrid. Me he formado en comunicación corporativa y community manager pero lo que más me gusta es escribir. He colaborado en varios medios online (escritos y radio), entre ellos Tribuna Interpretativa y Wall Street International. Actualmente trabajo como redactor en moncloa.com, merca2.es, cotilleo.es y Qué!, y colaboro en el portal de cine EspecialistaMike, donde realizo críticas de cine, una de mis grandes pasiones. ¿Las otras? Literatura, tecnología, economía e historia, jugar al tenis y montar en bici; ah, y aprender, escribir y aprender.