viernes, 13 diciembre 2024

El riesgo de Naturgy para hacer realidad la eólica marina catalana

Naturgy busca hacerse un hueco con la energía eólica marina en España. La gasista trata de implementar varios parques con aerogeneradores en Canarias, Almería y la costa del Cabo de Creus, un espacio natural especialmente protegido. La compañía presidida por Francisco Reynés está afrontando riesgos en esta implementación de energías limpias. Y es que, a pesar de contar con el apoyo político, asociaciones ecologistas se han mostrado en contra de cualquier proyecto que se ubique frente a estas costas. El impacto en las cuentas de Naturgy sería de unos 57 millones de euros para este proyecto, que compite con otros, como el de Saitec.

El montante equivale al 11,4% del impacto total de Naturgy en las renovables. Y es que, la multinacional española se ha aliado con la noruega Equinor para acudir a la subasta eólica marina en Canarias. La gasista aporta experiencia en el ámbito terrestre, mientras la nórdica ofrece su tecnología y el desarrollo de la eólica flotante, que evita así un mayor impacto en el ecosistema de la zona. En concreto y de no salir adelante el proyecto del Parque Eólico Puerto del Rosario en Fuerteventura, el impacto en las cuentas de sería de 39 millones de euros, mientras que el Balcón de Balos y Vientos de Roque en Las Palmas y Tabernas 1 y 2 en Almería suman un total de 75 millones.

LA EXPOSICIÓN DE NATURGY EN ESPAÑA ES DE 171 M€

Y es que, la concesión de las licencias han sido recurridas ante los tribunales o bien la autorización ambiental. En Cataluña, el proyecto de Tramuntana de Naturgy está pendiente de los tribunales tanto por la adjudicación, autorización administrativa como la ambiental.

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La eólica marina, una energía limpia

El parque de energía marina catalán carece del apoyo de asociaciones ecologistas por razones tan ambiguas como estar demasiado cerca de la costa y al mismo tiempo perjudicar las rutas de los grandes animales que habitan en el Mediterráneo. y que tiene en pie de guerra a varios Ayuntamientos y asociaciones de ecologistas. A juicio de las asociaciones ecologistas, como Stop Macro Parc Eòlic Marí, estos campos de molinos eólicos marinos producen un impacto visual, pese a situarse a 24 km mar adentro, pero también económico y social.

«Para todos los casos, no se considera probable la materialización del riesgo, aunque se ha estimado sus posibles impactos en 39 millones de euros, 17 millones de euros, 58 millones de euros, y 57 millones de euros, respectivamente», ha afirmado la compañía cotizada ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

GUERRA ABIERTA POR HACERSE CON EL CONTROL DE TRAMUNTANA

El de Naturgy no es el único proyecto que ha generado polémica en la zona del Cabo de Creus, Cadaqués y Roses. El proyecto Parque Tramuntana tuvo que reducir el número de aerogeneradores, de 35, para saltar las barreras políticas y tratar de calmar a los vecinos. Según los ecologistas, este tipo de proyectos de gran magnitud afecte a las rutas migratorias de aves, cetáceos y otros animales. Los promotores de otro de los parques eólicos que pretenden instalarse en la zona afirman tener el visto bueno de decenas de empresarios del Empordà para invertir en el proyecto.

Asimismo, los particulares también podrán entrar en la ronda de micromecenazgo, a razón de entre 500 y 15.000 euros, siempre y cuando la Generalitat y el Gobierno de España den el sí definitivo. En su informe, apuntan que no apenas hay incidencia en el ecosistema marino. Este proyecto, impulsado por BlueFloat Energy y la ingeniería Sener, alcanza los 500 MW y pretenden instalar los molinos a 24 kilómetros del golfo de Roses. En este sentido, ponerlo en marcha supondrá una inversión total de entre 1.500 y 1.800 millones de euros.

TURISMO, COFRADÍAS Y ECOLOGISTAS, EN CONTRA DE LA EÓLICA MARINA

Los grupos ecologistas, además, hacen piña con otros sectores contrarios a este tipo de iniciativas. Entre ello, las cofradías de pescadores, clubes náuticos y empresas dedicadas al turismo, donde los paseos en barco y cursos de buceo se realizan a varios kilómetros de la costa. La presión es máxima sobre los promotores, pero también sobre los políticos, más cuando el próximo año hay elecciones municipales y generales.

Asimismo, como en ocurrió en la fallida ampliación del aeropuerto de El Prat, el Cabo de Creus está especialmente protegido al encontrarse dentro de la Red Natura 2000, dependiente de la Comisión Europea. En este sentido, la institución europea estudia con detenimiento el impacto y las implicaciones de los proyectos ganadores. Sin embargo, las empresas señalan que la tecnología en la eólica marina permite plataformas móviles, ancladas como si de un barco se tratara. De esta forma, su desinstalación y mantenimiento se pueden realizar en tierra, sin exponer a los empleados a la climatología y los peligros del mar.

LA EÓLICA MARINA UNA OPORTUNIDAD PARA ESPAÑA

Por otro lado, el Gobierno de Pedro Sánchez, además, trata de poner a España como un referente de este tipo de energía limpia, pero aún se toma su tiempo para dar luz verde a estas inversiones. El Gobierno no decidirá que proyectos saldrán adelante hasta el próximo año, si bien la Generalitat sí ha acogido con agrado la inversión en la eólica marina, aunque ha mostrado el rechazo a grandes parques fotovoltaicos y también eólicos en tierra. De hecho, apenas existen en Cataluña al no instalarse ni uno solo en la última década.

Por otro lado, Naturgy ve en la eólica marina una oportunidad muy relevante para España, al permitir usar los emplazamientos más alejados de la costa, especialmente las zonas con mayor viento. Para un parque de este tipo, sólo en la instalación se generan cerca de 1.500 puestos de trabajo. Asimismo, la capacidad es suficiente no sólo para abastecer a la zona, sino también prestar servicio por mar a Francia. Y es que, si finalmente el proyecto no se realiza en esta zona, podría ser Francia la que tome la iniciativa.


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