Los expertos de la salud no dejan de repetirnos la importancia de beber lo suficiente para mantener nuestro organismo hidratado y que pueda funcionar correctamente. Y es que nuestro cuerpo necesita líquidos para realizar todas sus funciones. Sin embargo, consumir agua en exceso puede provocar una sobrehidratación con consecuencias negativas que pueden ser peligrosas. Existe la falsa creencia, difundida constantemente en los medios, de que hay que beber dos litros de agua cada día para tener salud. Esta idea ya ha sido desmontada por la ciencia, ya que la pauta de los dos litros no tiene en cuenta que también ingerimos agua a través de los alimentos.
Por lo tanto, para estar adecuadamente hidratados, no es necesario vivir pegados a la botella de agua. Así pues, una vez que superamos la falsa creencia de los famosos ocho vasos de agua, la pregunta que surge es, ¿cuál es la cantidad adecuada? Los expertos indican que lo ideal es, simplemente, atender al mecanismo de la sed y beber lo que el cuerpo pida, que para algunos serán más que esos ocho vasos y para otros menos. Esto es importante porque un consumo excesivo de agua puede pasarnos factura.
3BEBER SIN SED
Para las personas sanas, la sed es el mecanismo natural que nos indica cuándo tenemos que hidratarnos. Solo los bebés, las personas enfermas, los ancianos y los deportistas, tienen que programar determinados momentos para beber agua. La falta de sed se llama adipsia, y suele estar vinculada a determinadas dolencias, por lo que se debe consultar con un médico. Para el resto, lo aconsejable es sencillamente beber cuando se percibe la sed. Por el contrario, forzarse a beber sin sed es la primera señal de que se está ingiriendo más líquido de lo que el cuerpo demanda.
