Una mala visión a 120 km/hora multiplica hasta 10 el riesgo de tener un accidente de tráfico.
Los accidentes de tráfico son por definición un evento extraordinario con una repercusión desfavorable en personas y/o en objetos.
Como causa de muerte, los accidentes de tráfico corresponden al 0,5% de todas las causas de mortalidad, pero al existir un factor evitable en la mayoría de los casos, y cualquier medida preventiva se debe aplicar sin más dilación.
Las causas de los accidentes de tráfico se engloban como consecuencia del estado de la propia red viaria, por la salud visual insuficiente, por ingerir sustancias tóxicas (drogas, alcohol), por deficiencia en la audición, por ausencia de buenos reflejos, etc., o incluso, por el factor humano, al ser la persona la que toma las decisiones sobre el movimiento del vehículo.
En estas líneas, la jefa de la Unidad de Oftalmología del Hospital Ruber Internacional, doctora Isabel Garabito, explica lo importante que es tener una buena visión antes de decidir ponerse al volante de un automóvil.
«Sabemos que un 24% de los accidentes de tráfico están relacionados con la falta de visión, problemas en la visión o por una falta de atención visual (Acuerdo de Helsink)», afirma la doctora.
El 90% de la información que recibimos, y que nos permite, entre otras cosas conducir sin peligro, es visual. «No debemos distraernos ni desviar la vista de la carretera y es imprescindible detectar si existe o no algún problema de visión. Una mala visión a 120 km/hora multiplica hasta 10 el riesgo de tener un accidente de tráfico«, afirma la doctora Garabito.
Según esta experta, es muy importante realizar una revisión visual completa antes de coger cualquier vehículo. «La visión dinámica se ve obligada a adaptase a un entorno rápidamente cambiante como consecuencia de la elevada velocidad. Si a esta particularidad añadimos la presencia de un problema visual no compensado las consecuencias pueden ser desastrosas», subraya.
Casi un 26% de los españoles entre 18 y 30 años nunca se han hecho un examen visual. El Instituto Gerontológico, portal geriátrico destinado a la tercera edad, afirma que muchos conductores, con problemas de cálculo de distancias, pueden presentar trastornos visuales que pasan desapercibidos en un examen básico.
El 70% de los conductores tiene peor agudeza visual nocturna y el sentido de la profundidad es 7 veces menos eficaz por la noche que durante el día. La doctora Isabel Garabito indica que, además, también sabemos que la proporción de accidentes mortales crece notablemente durante la noche llegando en situaciones en que se carece de iluminación a una proporción que multiplica por 4 la correspondiente a horas diurnas.
La falta de visión acentúa otros problemas como la fatiga, el alcohol, el consumo de drogas, la velocidad, la falta de reflejos, las distracciones o las condiciones atmosféricas. Los paneles informativos de las carreteras en ocasiones durante su lectura obligan a abandonar la vista de la calzada durante tres o cuatro segundos lo que, a cierta velocidad, supone un recorrido de más de 100 metros y pueden suponer también motivo de distracción durante la conducción», puntualiza la doctora.
La jefa de la Unidad de Oftalmología del Hospital Ruber Internacional, recomienda unos consejos que pueden ayudar a una conducción mejor, no sin antes realizar una correcta revisión oftalmológica.
Enfocar a lo lejos y comprobar el campo visual. Fijarnos en algo que esté a más de 6 metros y mantener la mirada durante un tiempo. Protegerte de los deslumbramientos (debido a las luces de otros vehículos o de la radiación solar). Durante el día se pueden usar gafas de sol con la fotoprotección adecuada y polarizadas y por la noche existen unas gafas especializadas en el caso de tener reflejos excesivos o patológicos. También es muy importante tener en cuenta que la pupila tarda en adaptarse cuando se entra o se sale de un túnel y eso puede hacernos no ver en un momento determinado. Usar las gafas o lentes de contacto para conseguir la mejor agudeza visual corregida. Mantener los cristales del coche limpios y limpiarlos con frecuencia durante los viajes largos.
«Especial precaución deben de tener aquellas personas operadas de catarata, glaucoma, cirugía refractiva, puesto que sus ojos tienen una mayor sensibilidad en el caso de colisión. Lo más recomendable es elegir unas gafas muy resistentes para evitar lesiones oculares», reconoce Isabel Garabito.
La oftalmóloga, aconseja disminuir las horas de conducción nocturna, así como la velocidad, ya que el campo visual se reduce hasta 75 grados a medida que se aumenta la velocidad
Estos consejos no eximen la importancia de acudir al oftalmólogo para descartar cualquier problema de visión.
«Miopía, el paciente ve mal de lejos; hipermetropía, provoca que los objetos cercanos se vean borrosos y con el tiempo la visión lejana también sea deficiente; presbicia, supone pérdida gradual de la capacidad de enfocar que suele ocurrir a partir de los 40 – 50 años; y/o astigmatismo, desenfoque tanto de lejos como de cerca, etc.», enumera la doctora.
De acuerdo a la experta, existen otras enfermedades oculares que afectan a la visión, como puede ser la catarata, cuyos síntomas son visión borrosa, dificultad para ver de noche, sensibilidad a la luz, el glaucoma y retina periférica alteraciones en la retina periférica que también reducen campo visual, etc.
El nuevo permiso de conducir europeo tendrá como principal exigencia la agudeza visual y en concreto la agudeza visual de lejos, los campos visuales, la visión nocturna, la sensibilidad al deslumbramiento y al contraste.
Por todo ello, la doctora Garabito anima a una revisión oftalmológica anual que probablemente contribuirá a disminuir el riesgo de tener un accidente de tráfico.