miércoles, 11 diciembre 2024

El precio que paga Europa por la exhibición de fuerza de Rusia, EEUU y la OTAN

La crisis entre Rusia y Ucrania, con EEUU y la OTAN de por medio, causa hartazgo en Europa. Nadie en el viejo continente desea una guerra en sus fronteras pese a prepararse ante lo que parecía inevitable: la invasión rusa de Ucrania y el consiguiente conflicto armado. Las informaciones en las últimas horas son contradictorias. Rusia asegura estar retirando sus tropas de zona, tras concluir sus maniobras militares, pero rebeldes prorrusos y el gobierno ucraniano se acusan mutuamente de algunos bombardeos en el este del país (donde son habituales las escaramuzas desde hace años). Mientras se confirman las intenciones de los rusos en Ucrania, los europeos pagan las exhibiciones de fuerza con un precio del petróleo en el entorno de los 90-100 euros y con un precio del gas que sigue sin dar tregua.

La preocupación sigue siendo máxima y la inteligencia de EEUU, que había puesto como fecha a la invasión el 16 de febrero, no cree las declaraciones del líder ruso. Putin afirma que retiró unos miles de militares de su frontera con Ucrania y otros miles de Crimea. Este hecho ha sido acogido como un guiño a la diplomacia por unos pocos y con mucho escepticismo por la mayoría.

Y en los preliminares del eventual conflicto en el este de Europa el fuerte componente energético condiciona el impacto económico en el primer trimestre del año. La excesiva dependencia de la Unión Europea del gas ruso era un dato a tener muy en cuenta a la hora de enquistar las relaciones con el Kremlin. Conocedor de esa gran baza, Vladimir Putin no ha hecho otra cosa que tensar la cuerda durante meses, poniendo inquietando a los Estados Unidos, y al resto de países miembros de la OTAN, que bailan al son del gigante americano.

Joe Biden decidió el pasado verano que el gasoducto Nord Stream 2 no se pusiera en funcionamiento y ordenó a Alemania no conceder los permisos para su explotación, contra los propios intereses del país germano. Putin, que ha invertido 11.000 millones de euros en la infraestructura, no se quedó de brazos cruzados y siguió tensando y tensando la cuerda. Hasta ahora. Él dice que está retirando tropas, intentando dejar en ridículo a la inteligencia norteamericana, mientras que los EEUU y la OTAN dicen lo contrario. Y el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, habla de los primeros enfrentamientos, aunque de momento, todos los implicados se lavan las manos.

Entretanto, los ciudadanos de a pie seguimos pagando el combustible más caro que nunca (1,575 euros la gasolina de 95 y 1,462 euros el gasoil, de media esta semana en España), la electricidad se ha acomodado en el entorno de los 200 euros el MWh, la cesta de la compra se ha encarecido como hacía años que no pasaba y los pequeños inversores están perdiendo dinero con la tendencia bajista de los mercados.

SE RETRASA LA RECUPERACIÓN ECONÓMICA

Con esta coyuntura geopolítica, geoeconómica y geoenergética, la recuperación económica de la zona euro se ve seriamente perjudicada, y países como España sufren de forma adicional, debido a las decisiones del Gobierno en materia financiera y fiscal. El bolsillo de los españoles no da para más. Lo saben desde el Ejecutivo, extremadamente nervioso ante el descalabro de las elecciones de Madrid el año pasado y de Castilla y León hace unos días. Los votantes dan la espalda al PSOE y a Unidas Podemos.

En este contexto, la semana comenzaba con el aumento del precio del barril de petróleo Brent por encima de 96 dólares algo que no ocurría desde el año 2014 y con la prima de riesgo en España que supera los 100 puntos. Ya se habla de una subida de tipos de interés inminente, lo que afectará a millones de españoles que pagan sus hipotecas con interés variable.

Por todo esto, es normal la indignación ciudadana ante líderes mundiales que juegan a la guerra, aunque de momento sea solo sobre el papel y con declaraciones más o menos gruesas. Políticos que viven ajenos a todo lo que conlleva cada movimiento en un sentido u otro, en un mundo globalista donde todo afecta a todos.

CONFIANZA EN LA DIPLOMACIA FRENTE A RUSIA

Al respecto del conflicto bélico, el analista de inversiones de Portocolom, Daniel Mayor, estima que «es probable que al final se alcance una solución por la vía diplomática, pero también existe el riesgo de que cualquier error puede encender la mecha bélica. China por su parte no pierde ojo sobre lo que está sucediendo en el tablero europeo. Su anhelo por Taiwan no marchita».

Ese error del que habla el analista de Portocolom podría ser la escaramuza entre los rebeldes prorrusos y las fuerzas gubernamentales de Ucrania en el este del país. Los primeros afirman haber sido atacados por las fuerzas gubernamentales ucranianas, mientras que el gobierno de este país afirma que las atacadas han sido sus fuerzas armadas y que estas no han respondido a la agresión. De lo que se tiene constancia es de un ataque, sin saber su procedencia, a una escuela infantil, con dos profesores heridos. Se espera que estos movimientos no sean el detonante del conflicto bélico y que sirvan como un empujón más hacia la vía diplomática.

El exministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, también es de la opinión de que no habrá invasión, «debemos estar poco preocupados», afirma. «A mí me parece, desde la prudencia, que habrá pocas probabilidades de un conflicto armado. Si hay conflicto sería la III Guerra Mundial; también creo que no va a haber un enfrentamiento bélico entre tropas terrestres», argumentaba en Telemadrid. Pero todos los expertos coinciden en que estas demostraciones militares que están llevando a cabo tanto Rusia, como Estados Unidos y Europa, las pagan los ciudadanos, especialmente de la Unión Europea.

Mayor reconoce que «la inflación sigue acaparando titulares. En España el IPC anual de enero ha sido del 6,1% frente al 6,0% esperado y al 6,5% anterior. Es un dato históricamente alto. Las tensiones en el mercado del petróleo no facilitan las expectativas en el corto plazo». Por el contrario, «la tasa subyacente, que excluye productos energéticos y alimentos no elaborados, en el mes de enero se situó en el 2,4%, por encima del 2,1% del mes de diciembre».

Así pues, malas perspectivas económicas para los españoles, máxime si tenemos en cuenta que el Gobierno de Pedro Sánchez había previsto en los Presupuestos Generales del Estado de este año, un precio del petróleo alrededor de los 60 euros, cuando llevamos ya casi dos meses en el entorno de los 90-100 euros. Si se mantiene durante más meses ese precio, los presupuestos, de por sí poco realistas, se convertirán en papel mojado.


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