Barcelona fue pionera del movimiento modernista a finales del siglo XIX y es conocida y admirada en todo el mundo por su arquitectura modernista. Antoni Gaudí fue el máximo representante de este movimiento artístico, y todavía en las calles de Barcelona queda parte de su legado. Uno de sus colaboradores diseño la emblemática Casa Burés a principios del siglo XX en Barcelona para una familia con ese apellido que dirigía una de las empresas textiles más exitosas de la época.
De hecho, pocas propiedades de la época modernista quedan como viviendas en las que se ofrezca la posibilidad de vivir y, además, que se hayan rehabilitado para albergar el lujo entre sus paredes. La renovación de este edificio permitió conservar sus elementos modernistas mientras que dividió su interior en 26 viviendas independientes. Se trata de exclusivas apartamentos reformados, entre los que hay lofts y áticos. Cuentan con un sinfín de servicios de lujo codiciados y zonas comunitarias exclusivas.
En su concepción inicial, la planta baja albergaba la sede de la empresa de la familia Burés, mientras que la primera planta, de 1.000 m2, era la vivienda familiar. Las plantas superiores, a las cuales se accedía a través de uno de los primeros ascensores instalados en Barcelona, entonces constaban de doce apartamentos de alquiler de 300 m2. La fachada del edificio, en la intersección de la calle Ausiàs March y la calle Girona, sigue siendo igual en sus formas ahora que cuando la construyeron.
Su ubicación es única, cerca del aseo de Gràcia, Las Ramblas y el Palau de la Música. Igualmente, las playas de la Barceloneta quedan a pocos minutos de las viviendas. Se encuentra en pleno barrio del Eixample, donde están los mejores restaurantes, algunos con estrellas Michelin, así como cerca de los mejores planes de ocio de la ciudad y de exclusivas tiendas.
El edificio se encuentra en el Eixample, uno de los distritos céntricos de Barcelona
VIVIENDA DE CASA BURÉS
Ahora mismo, de las 26 viviendas en las que se dividió todo el edificio, solo quedan 2 a la venta. Una de ellas es el ático, que se vende por 2,7 millones de euros, tiene 2 dormitorios y 2 cuartos de baño distribuidos en los 221 m2 de superficie construida. Por otro lado, el siguiente piso que queda por vender es un piso de la planta 4. Tiene unos 229 m2 construidos con una terraza de 19 m2. Su precio es de 3.050.000 millones y tiene 3 dormitorios y 3 cuartos de baño.
En su reforma, se ha conservado cada elemento de la casa original. Cada puerta, ventana, techo, suelo, escultura y hoja de vidriera ha sido estudiado minuciosamente por expertos en el patrimonio modernista de Cataluña. Igualmente, los elementos más valiosos fueron restaurados por artesanos especialistas, mientras que otros se sustituyeron por piezas idénticas adaptadas a las necesidades de la actualidad o se convirtieron en detalles decorativos.
Por ejemplo, las puertas correderas que antes dividían las habitaciones ahora separan las zonas de día y de noche. Además, los patrones del papel pintado que adornaron las paredes de los dormitorios sirvieron de inspiración para el diseño de las mamparas de cristal molido que ocupan su lugar.
El sótano, que antiguamente era el almacén textil, se ha transformado en un singular espacio para disfrutar de las más variadas aficiones: piscina cubierta de 24 metros, gimnasio, bodega, cocina y salón con una gran mesa para invitar a amigos, zonas de trabajo, ocio y de relax. Además cuenta con una práctica lavandería y un trastero individual para cada vivienda.
