El Banco de España considera que la emergencia de las ‘bigtech’ es un «revulsivo mayor» que las ‘fintech’ en cuanto a su posibilidad de implicar una transformación «potencialmente disruptiva» del sistema financiero, si bien ha alertado de sus «potenciales inconvenientes».
En un nuevo artículo analítico denominado ‘Las grandes tecnológicas y los servicios financieros: algunos desafíos, beneficios y respuestas regulatorias’, el Banco de España ha analizado la llegada de las grandes empresas tecnológicas, como Google, Amazon, Apple, Facebook, Alibaba, Baidu o JD.com, al sector financiero.
A pesar de que considera que el impacto de estos nuevos jugadores en la industria «todavía es moderado», ha destacado que, en términos de actividades concretas o geografías, hay «excepciones destacadas», como por ejemplo, el avance de compañías que ofrecen servicios financieros en las economías emergentes, donde «excede con creces al que se observa en las economías industrializadas».
Además, el supervisor señala que estas empresas «parecen pivotar alrededor de dos grupos claramente diferenciados». Por un lado, estarían las que operan globalmente desde Estados Unidos, frente a las asiáticas, más centradas en sus mercados nacionales y, eventualmente, en su área de influencia inmediata.
«El primero de estos grupos se caracteriza por la búsqueda de alianzas con las entidades financieras, proporcionándoles canales complementarios para la distribución y promoción de sus respectivas carteras (‘marketplaces’, principalmente)», señala el Banco de España, mientras que el segundo «ocupa el espacio de los incumbentes y desafía su liderazgo en segmentos específicos».
El artículo señala que estas diferencias se deberían a diversos factores, como la madurez del sector financiero, la solidez del marco regulatorio y supervisor local o la importancia del margen financiero.
El Banco de España explica que el interés de las ‘bigtech’ por proporcionar servicios financieros se basa en la posibilidad de diversificar las fuentes de ingresos, la oportunidad de reducir «fricciones» en la experiencia de usuario, y así impulsar su actividad primaria, y el potencial para maximizar el recorrido del cliente, al mejorar el conocimiento sobre sus capacidades financieras efectivas.
«Los servicios financieros quedan, por tanto, supeditados al negocio principal y, como tales, siguen una hoja de ruta más o menosuniforme que comienza por los pagos y el (micro)crédito, y relega a etapas posteriores los productos de seguro y ahorro», afirma el informe.
Así, Apple y Facebook ofrecen, por el momento, solo servicios de pago, mientras que Google tendría en proyecto ampliar estos servicios también con los bancarios propiamente dichos. Amazon, además, ofrece créditos y cuenta con una plataforma de micromecenazgo (o ‘crowdfunding’).
Por su parte, las chinas Alibaba, Baidu o JD.com ya ofrecen servicios de pago, bancarios, concesión de créditos y gestión de activos, entre otros.
COMPETIDORAS PARA LOS BANCOS
Como beneficios para la industria financiera, el artículo señala que las ‘bigtech’ pueden contribuir a ampliar la oferta disponible, reducir los costes de búsqueda y corregir asimetrías de información.
Además, como competidores directos de la banca, «pueden apoyarse en la tecnología para aumentar la eficiencia con la que se prestan los servicios, presionando a la baja el coste de la intermediación financiera e incentivando la innovación como factor de diferenciación.
Así, considera que esta situación podría «propiciar una mayor diversificación, a corto y medio plazo, de los proveedores de servicios financieros» y reducir así «el peso de los agentes tradicionales dentro de las instituciones ‘too-big-to-fail’.
Asimismo, destaca que las ‘bigtech’ pueden resultar beneficiosas para la inclusión financiera y para contener riesgos operativos,apoyando a las entidades en su proceso de modernización.
COMPETITIVOS DESLEALES
Sin embargo, alerta de que su irrupción también conlleva una serie de riesgos «de conducta» en materia de transparencia, uso indebido de información o la ‘mis-selling’ o venta engañosa.
«Un ejemplo de ello serían los comportamientos competitivamente desleales o la existencia de oportunidades para el arbitraje regulatorio que comprometen la capacidad de los clientes para tomar decisiones informadas o protegerse frente a abusos», afirma el supervisor.
Además, al actuar de ‘gatekeepers’, es decir, que controlan el acceso a la información, estas plataformas pueden regular la amplitud y las características de lo que comercializan, «influyendo en la composición de la oferta y condicionando cualquier análisis crítico acerca de sus implicaciones».
Esta «indefinición» ocasionaría, también, que la responsabilidad «se difuminase» lo que «debilita la calidad del servicio posventa».
Además, el supervisor señala la posibilidad de que la consolidación de las ‘bigtech’ como punto de acceso principal a los servicios financieros perjudique a colectivos no digitalizados.
REGULACIÓN
El Banco de España afirma que la irrupción de las ‘bigtech’ plantea «desafíos prácticos», obligando a evaluar «no solo la posible incidencia de su comportamiento, sino también cómo las acciones públicas resultantes podrían comprometer las metas de otras autoridades, y viceversa».
Así, señala que la respuesta regulatoria está siendo «amplia y dispar». En el caso de la Unión Europea, destaca el paquete de medidas de la Comisión para las Finanzas Digitales, que contempla una «ambiciosa reforma» del marco de control existente que «dé entrada a las necesidades de la era digital».
El objetivo último de estas medidas es que tanto la regulación como la supervisión transiten hacia un nuevo ecosistema financiero antes de que finalice 2024. «Para ello prevé revisar su perímetro actual y potenciar las herramientas de ‘suptech’, o supervisión tecnológica'».
También contempla la creación de colegios supervisores y el desarrollo de actividades formativas que mejoren la capacitación técnica de las autoridades.
Además, la Comisión Europea también ha lanzado una serie de propuestas, como armonizar los elementos clave del contenido y de la prestación de los servicios financieros, someter a sus principales actores a un marco de supervisión común y crear un mercado europeo de servicios en la nube.
El Banco de España también destaca la propuesta del Parlamento Europeo para regular los mercados de criptoactivos, MiCA, con la que se busca desarrollar el mercado de las criptomonedas, pero aplicando requisitos similares a los ya existentes para las entidades financieras, sobre todo, con el objetivo de mitigar el impacto de las ‘stablecoins’ sobre la estabilidad financiera y política de la UE.
Asimismo, resalta el ‘Digital Markets Act’, dirigido a las ‘bigtech’ calificadas de ‘gatekeepers’, a las que que les impone y prohíbe determinadas conductas en pro de la competencia.
Por último, el Banco de España destaca el ‘Digital Services Act’, que contribuye a «amortiguar los riesgos reputacionales, bien estableciendo mecanismos que faciliten la notificación y gestión de los contenidos ilícitos, bien arbitrando fórmulas que reduzcan el margen de discrecionalidad de las ‘bigtech’ para limitar el acceso o la visualización de las ofertas que estas distribuyen».
El Banco de España señala que este paquete de medidas constituye un «valioso punto de partida» para regular la actividad de las ‘bigtech’ en el sector financiero, aunque afirma que, debido a la amplitud del foco, «deja aún numerosas cuestiones abiertas» para los reguladores.