Los últimos meses han sido positivos en lo que respecta al crecimiento de las altas en el RETA. Pero, si comparamos los datos de este año con los del año pasado, nos damos cuenta de que España pierde autónomos a un ritmo bastante importante. Porque no solo se dan de baja quienes cesan en su actividad por motivos económicos o personales, también aquellos que se jubilan.
En comparación interanual nuestro país ha perdido aproximadamente unos 200.000 autónomos en un año. Es cierto que han sido fechas especialmente complicadas, pero el ritmo de bajas en el RETA pone en serio peligro la tasa de reposición de los autónomos.
El cortoplacismo como enemigo
Los autónomos consideran que la base del problema es que todas las políticas públicas que se llevan a cabo para fomentar el autoempleo están orientadas al corto plazo. Buscan hacer crecer las cifras de altas en el RETA, sin entrar a valorar si esos profesionales van a poder mantener su actividad una vez que finalicen las ayudas a las que tienen derecho.
Mientras que sectores como la hostelería y el comercio no tienen problema para sumar autónomos, sectores mucho más especializados están quedándose sin profesionales. Por eso, una de las cosas que piden los representantes del colectivo autónomo es que se adopten medidas que fomenten la llegada de profesionales a los sectores más cualificados.
