Inditex (y el resto del sector) preparan la campaña de rebajas menos agresiva en años

Inditex ha enseñado la patita. El gigante textil rendió cuentas recientemente ante los inversores acerca de su primer trimestre fiscal. La compañía presentó una ristra de cifras entre las que sobresalen dos: un stock de existencias más bajo y mejores ventas que en 2019. A ambas, se le une un documento del Banco de España (BdE) que refleja que las empresas españolas están preocupadas por el aumento de los precios que pagan a sus proveedores, especialmente en el comercio. Los datos, como todo, son matizables, pero dejan entrever una próxima campaña de rebajas muy poco agresiva.

En principio, una campaña veraniega con descuentos poco ambiciosos va en contra de la lógica. Al fin y al cabo, se supone que muchas empresas deberían tener un stock de prendas, o artículos, elevado por culpa de las restricciones, por lo que el principal interés es deshacerse del mismo. De hecho, la propia Inditex tiene previsto adelantar su época de rebajas respecto al periodo temporal más clásico, algo que ya hizo el año pasado. Así, su llegada una vez se cambie de estación, que será el 21 de junio, será cuestión de horas.

Pero lo anterior no es más que lo que se conoce como Falacia de Composición, que viene a decir que las rebajas serán más grandes que nunca ‘solo’ porque se adelantan. En realidad, la composición de los elementos más bien apuntan a lo contrario. Y la celeridad de Inditex simplemente se debe al modus operandi que las firmas textiles han seguido en los últimos años.

Empecemos por la primera premisa: el stock disponible de la firma. Así, los últimos datos mostrados por Inditex muestran que, si bien es algo mayor que en 2020, si se compara con un año normal es más bajo.

INDITEX, MENOR STOCKS Y MAYOR VENTAS QUE EN 2019

Así, las cuentas del primer trimestre fiscal del grupo en 2021 informan de un stock de existencias por valor de 2.769 millones de euros, lo que supone un 5,2% menos que en 2019. Pero también es más bajo que el que mantenía, por ejemplo, en 2018 y 2017. Lo anterior podría parecer raro, pero tiene una explicación sencilla: la flexibilidad. Así, el grupo ha tenido un año completo para ir ajustando sus modelos y previsiones de producción respecto de las ventas para que no se le acumulen las tiendas en los locales. La propia Inditex se refiere a ello como «flexibilidad en cadena de suministro«.

Con ello, se puede apreciar que uno de los pilares que sostienen una campaña agresiva de rebajas, el exceso de stock, no se cumple, dado que está por debajo de años anteriores. Pero hay otro elemento también importante, dentro de las cuentas de Inditex, que impide creer en que la compañía tire la casa por la ventana con los descuentos: el volumen de ventas está por encima de años anteriores. Así, la firma señala que entre el 1 de mayo y el 6 de junio las transacciones a través de sus dos canales, físico y online, ha sido un 5% más que en 2019.

En definitiva, que de cara a la temporada de rebajas de verano no solo hay menos stock, sino que se prevén muchas más compras. Lo anterior, no implica que el tamaño de los descuentos, que llegarán como otros años al 50 o al 70%, sea como el de otros años. Al fin y al cabo, la ropa antigua se querrá quitar del almacén. La clave es que el número de productos en los que Inditex estará dispuesto a poner sus pegatinas rojas será menor que en otros años.

LAS EMPRESAS PREOCUPADAS POR LA INFLACCIÓN DE COSTES

Además de lo anterior hay otros factores que apuntan hacía una campaña de rebajas más pequeña. Uno es la recuperación económica a medida que proliferan las aperturas es otro, aunque la variable viene ya explicada en el incremento de ventas del que informa Inditex. Otro es la coyuntura de inflación de costes que está empezando a llegar a toda la industria. En primer lugar, por el mayor precio de las materias primas más elementales. Así, por ejemplo, el precio del algodón se ha disparado casi un 15% en los últimos seis meses y hasta un 46,5% en comparación con el verano de 2020.  

Pero también tensiona al alza a los precios textiles el incremento del coste energético. En primer lugar, el propio petróleo que está en máximos desde hace años. Una cifra que tiene repercusión, por ejemplo, en muchos de los derivados que utiliza la industria para la fabricación de vestimentas como en el mayor coste del propio transporte. A su vez, los precios eléctricos al alza también suponen un problema que va desde la propia fabricación en fábricas, por el consumo de la maquinaria, al mantenimiento de los locales. De hecho, esto último podría dar paso a que los descuentos online fueran más agresivos que en las propias tiendas.

Todos esos factores están recogidos por el BdE en su Encuesta a las empresas españolas publicado este pasado miércoles 9 de junio. En el documento el organismo señala que las firmas nacionales advierten de que «la prolongación del repunte de los precios pagados a proveedores» tendrán una fuerte repercusión sobre «los precios cobrados por sus productos». En conclusión, la tan esperada campaña de rebajas del verano quizás sea la más decepcionante de los últimos años. Nunca encontrar un chollo ha estado tan difícil.