Adicae reclama un respeto «absoluto» a los derechos y condiciones contractuales de toda la clientela tras la fusión entre CaixaBank y Bankia, ofreciendo garantías de que todos los servicios financieros contratados por los usuarios de cada una de las dos entidades no se vean modificados de manera unilateral tras la operación.
Asimismo, la asociación pide que el grupo resultante se comprometa a ofrecer nuevas ventajas y beneficios a la gran masa de consumidores y usuarios clientes, aspecto requerido por la Ley de Defensa de la Competencia en una fusión como la planteada.
Otro de los elementos que Adicae aconseja incluir en la hoja de ruta de la fusión es que la nueva entidad nazca saneada de los graves problemas que arrastran tanto a Bankia como a Caixabank en materias como las cláusula suelo, el IRPH, los gastos hipotecarios o las tarjetas revolving, entre otras cosas.
Según señala, la nueva CaixaBank debería arbitrar soluciones extrajudiciales que satisfagan y reconcilien a los clientes con la nueva entidad, restaurando la confianza de la clientela en general, actualmente profundamente deteriorada.
Del mismo modo, pide que los pequeños ahorradores-accionistas (570.000 en el caso de Caixabank y 173.000 en el caso de Bankia) vean respetados sus legítimos derechos en la ecuación de canje, sin supeditarse a los de los grandes accionistas, al tiempo que tengan garantizado el funcionamiento transparente y participativo.
Adicae también apunta al respeto a las fundaciones sociales de todas las cajas integradas y aconseja implementar algún sistema de financiación que permita la supervivencia de estas instituciones de la Obra Social de las cajas de ahorros.
Aunque Adicae confía que la fusión supone una buena oportunidad, lamenta que el proyecto común presentado por ambas entidades haya dejado hasta ahora totalmente de lado los intereses y necesidades de los consumidores.