jueves, 12 diciembre 2024

España se consolida como el tercer mayor emisor de bonos sostenibles en Europa

España se consolida como el tercer mayor emisor de bonos sostenibles en Europa, solo por detrás de Francia y Países Bajos, según el informe anual de Indicadores clave de rendimiento de la Unión de los Mercados de Capitales elaborado por AFME.

De este modo, en España se emitieron 9.000 millones de euros en bonos verdes, sociales y sostenibles durante el primer semestre de 2020, lo que representa un incremento anual del 97%.

Tras este avance, las emisiones españolas representan el 12,6% del total de la financiación sostenible europea, colocándose como una fuerza impulsora de la transición verde europea.

«A pesar del impacto económico de la pandemia de la Covid-19 en 2020, los mercados de capitales europeos se mostraron resistentes con niveles sin precedentes de emisión de los mercados de renta fija, incluido el liderazgo continuo en bonos sostenibles», ha indicado el director ejecutivo de AFME, Adam Farkas.

En este sentido, la financiación procedente de instrumentos de mercados de capitales, principalmente valores de renta fija, aumentó en un 44% interanual. Esto ha dado lugar a un aumento en la proporción de financiación de mercado para las empresas de la UE desde el 11% de 2019, hasta el 14,5% actual.

GRAN DEPENDENCIA DE LAS PYMES A LA BANCA

Por su parte, los préstamos bancarios a las pymes europeas totalizaron 573.000 millones de euros en el primer semestre de 2020. En contraste, la inversión de capital riesgo (capital riesgo, capital privado, business angels y crowdfunding) fue de 14.100 millones de euros.

El aumento espectacular de los préstamos bancarios significa que Europa todavía depende en gran parte de este tipo de financiación», ha señalado Farkas.

Así, el análisis demuestra que ha disminuido el acceso vía capital riesgo y, al contrario, se ha observado un aumento del préstamo bancario, hasta convertirse en la principal fuente de financiación de las empresas en 2020.

ALENTAR AL AHORRA PARA LA JUBILACIÓN

Del informe también se desprende que la crisis generada por la pandemia del Covid-19 ha tenido importantes repercusiones en el sistema de jubilación de Europa y en las industrias de fondos de pensiones y seguros.

En este contexto de bajos tipos de interés, ha caído el atractivo y el rendimiento de los productos de ahorro para la jubilación, lo cual se une a los bajos rendimientos para los emisores de rentas vitalicias que invierten y mantienen predominantemente productos de renta fija a largo plazo.

AFME recuerda que algunos gobiernos de la Unión Europea han permitido a las personas retirar anticipadamente sus ahorros para la jubilación con el fin de que los puedan utilizar para compensar la disminución de los ingresos laborales o empresariales.

«Es fundamental que los gobiernos sigan alentando a las personas a ahorrar para la jubilación. Pueden considerar la posibilidad de adoptar medidas de política que ayuden a las personas a aliviar las limitaciones financieras a corto plazo que podrían poner en peligro sus objetivos de jubilación a largo plazo», recoge el documento.

Al mismo tiempo, los hogares europeos han aumentado su tasa de ahorro a niveles récord a raíz de la pandemia, hasta el 16% de sus ingresos disponibles. Sin embargo, AFME advierte de que la mayoría de esos ahorros se han colocado principalmente en depósitos bancarios de bajo rendimiento.

A LA COLA EN FINTECH

Por otro lado, los indicadores de AFME constatan que España se mantiene a la cola en el desarrollo de la industria fintech, aunque reconoce, a su vez, que no es una cuestión exclusiva del país, sino que engloba también a Europa. La inversión europea en este sector sigue siendo inferior a la de otras regiones como Estados Unidos.

La aparición de ‘nuevos unicornios’ fintech en Europa se mantiene sin cambios, con un total de 14 compañías. Sin embargo, sus valoraciones han aumentado, acumulando un total de 42.000 millones de euros a junio de 2020, frente a los 33.000 millones de euros en 2019.

En este sentido, AFME ha destacado el «continuo progreso en la adaptación de la regulación para el buen funcionamiento de las fintech». En esta línea, siete países europeos han establecido ‘hubs’ de innovación para, al menos, una actividad de servicios financieros durante el último año.


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