La hostelería ha sido uno de los sectores más afectados por el coronavirus. La mayoría de bares, restaurantes y cafeterías tuvieron que cerrar sus instalaciones a mitad de abril y los que permanecieron abiertos solo podían atender al servicio a domicilio. Pero desde hace ya algunos días se intenta recuperar la normalidad.
A medida que avanzan las fases de desescalada los establecimientos hosteleros pueden recibir a un mayor número de clientes. Por el momento parece que el público ha respondido bien, y los primeros días incluso hay quien ha esperado más de una hora para disfrutar por fin de una cerveza o un café en su bar favorito. Sin embargo, la normalidad tardará mucho en volver, tanto que ahora estamos ante un nuevo tipo de consumidor que también supone un reto para los hosteleros.
3El consumidor de hostelería es ahora más ahorrador
La crisis del coronavirus ha pasado y va a pasar factura a nivel económico a muchas personas. Miles de personas han perdido su empleo, otras están en pleno ERTE y tienen problemas para cobrar debido a la saturación que hay en el SEPE, mientras que muchos autónomos todavía están intentando reponerse del cese de actividad.
La hostelería se encuentra ahora con un consumidor que tiene menos dinero y, lógicamente, está menos dispuesto a gastarlo en cosas que no son realmente necesarias. Por eso debe buscar fórmulas para ajustarse. Uno de los cambios más notables es que muchos establecimientos ya se están apuntando a apps que les permiten vender a un precio más barato aquello que los sobra.
Esta medida beneficia tanto a los empresarios como a los consumidores. Los propietarios de establecimientos de hostelería se ahorran tener que tirar a la basura comida que está en buenas condiciones pero que no van a poder vender al día siguiente, mientras que los consumidores tienen la oportunidad de comer lo que les gusta sin necesidad de tener que gastar mucho dinero.
