Los aficionados al deporte lo tienen algo más complicado en cuanto al uso de mascarillas, aunque ya se hayan transformado en un complemento más. Especialmente los que practican deportes que demandan un mayor ritmo de respiración como los runners. Las mascarías podrían hacer que se produzca cierta sensación de falta de aire, dificultad para respirar adecuadamente, y molestias.
A pesar de ello, es importante que los runners sigan usando mascarillas para evitar males mayores. Lo que sí deberían saber es que existen algunos tipos de mascarillas que pueden ser mejores. Con ellas no solo te sentirás más cómodo para hacer tu actividad favorita preferida, sino que podrás respirar con menos dificultad y seguir estando protegido.
Mascarillas para runners: lo que necesitas saber
Cómo son las mascarillas de entrenamiento
La verdad es que para salir a correr puedes usar cualquier tipo de mascarilla habitual. Desde las FFP2, hasta las mascarillas quirúrgicas. Pero puede que en las tipo FFP, la densidad de las fibras haga que tengas dificultades para respirar lo suficiente como necesitas cuando estás haciendo algún tipo de actividad física. Por eso muchos prefieren las quirúrgicas que no dificultan tanto la respiración, pero tienen un problema, y es que tal vez se mueven y resultan también igualmente incómodas al tenerlas que reajustar.
A parte de eso, muchos fabricantes han diseñado sus propios modelos de mascarillas para todo tipo de deportistas, incluidas las especiales para runners, ciclistas, etc. De esa forma, este complemento que es habitual, ya no será algo tedioso que te impedirá disfrutar de tu actividad favorita y realizar la con normalidad. El problema es que hay un pero…
Cuidado, ya que hay algunas mascarillas de entrenamiento que solo simulan las condiciones de falta de oxígeno de cuando te encuentras entrenando en altitud. Pero no sirven para proteger contra el SARS-CoV-2 u otros virus. Por tanto, debes saber elegir bien la adecuada para que aporte seguridad.
Es decir, estas mascarillas pueden ayudar a prevenir la propagación del virus en tanto y en cuanto pueden reducir la cantidad de partículas que una persona pueda expulsar al hablar, toser, estornudar, etc., e incluso que viajen más lejos de lo que lo harían sin mascarilla. Algo que también lo pueden hacer las higiénicas y otros tipos lavables, pero no son mascarillas homologadas o marcadas como FFP1, FFP2, FFP3, ni consideradas EPI, o certificadas por sanidad.
