El impacto de la pandemia de Covid-19 en los mercados de crédito y los fondos de inversión ha subrayado las potenciales vulnerabilidades en el sector de intermediarios financieros no bancarios (NBFI por sus siglas en inglés), así como la necesidad de un mejor entendimiento de los riesgos y de las implicaciones resultantes, según ha advertido el Consejo de Estabilidad Financiera (FSB) en una carta remitida a los ministros de Finanzas y a los banqueros centrales del G20 antes de la cumbre virtual que celebran este miércoles.
«Es más importante que nunca para garantizar que se puedan lograr los beneficios de esta dinámica porción del sistema financiero sin poner en peligro la estabilidad financiera», señala el presidente del FSB, Randal K. Quarles, quien también forma parte del consejo de la Reserva Federal de Estados Unidos.
En su carta, Quarles destaca que el FSB, ente encargado de monitorizar y coordinar la respuesta financiera del G20, ha establecido un grupo de reguladores de mercados y responsables de políticas macroprudenciales con el fin de desarrollar una proposición sobre cómo organizar en el futuro el trabajo de estos intermediarios no bancarios.
Por otro lado, el presidente del FSB destaca que las tensiones provocadas por la risis en el sector financiero no bancario no han causado por el momento grandes problemas en el núcleo del sistema bancario, donde subraya que la resiliencia es ahora mayor gracias a las reformas adoptadas tras la última crisis financiera.
El sistema bancario no ha amplificado el shock y ha sido capaz de seguir prestando apoyo a la economía real», sostiene.
En este sentido, el banquero estadounidense apunta que, a pesar de que las consecuencias de la pandemia son de largo alcance y aún no se han realizado completamente, el FSB ha sido capaz de reaccionar con rapidez a esta nueva sacudida del sistema financiero.
«Aunque el futuro es incierto, estamos listos para emplear la misma resolución y cooperación que nos permitió superar las crisis en el pasado», afirma.