Esto es lo que le pasará a tu cuerpo si tomas helados todos los días del verano

Los helados son un alimento que le gusta a todo el mundo. Gracias a su gran diversidad de sabores y de texturas, el helado es consumido durante todo el año, aunque la época veraniega se lleva la palma.

El helado es refrescante y adictivo. Su sabor característico es el responsable de que te saltes la dieta por el placer de poder degustar un postre tan tradicional. Hay que tener cuidado en su consumo, pues no se debe de comer todos días y no sólo por su alto contenido en grasa. ¡Entérate de por qué no debes ingerir helado todo los días! ¡Te sorprenderá!

Los helados: su negatividad

Una de las características más importantes de este postre es su elevado contenido en minerales y vitaminas. Se elaboran con ingredientes tan esenciales para nuestro organismo como la crema o la leche.

Los helados tienen cosas positivas y negativas.

Algunos de los nutrientes que estos nos dan van desde el calcio al fósforo. No se puede pasar por alto la vitamina B12. Los helados más caseros son los mejores para darnos estos elementos tan naturales y que no tienen aditivos, colorantes, grasas saturadas o conservantes.

Hay que asegurarse de comer los que nos den nutrientes y que incorporen elementos frescos y pulpa de fruta, en lugar de consumir helados que se fabriquen de forma industrial.

Demasiada grasa

Todos los excesos son malos. El equilibrio es el punto apropiado para todo. Si estás a dieta, se debe de tener en cuenta que el helado tiene grasas tanto vegetales como lácteas, además de contener demasiado azúcar. Es por todo esto que debes de reducir su consumo y escoger opciones que son más sanas como lo son los gelatos (helados que tienen menor cantidad de grasas y más fruta fresca) o los sorbetes (helados elaborados con agua y pulpa de la fruta).

Cuando comes mucho helado no sólo engordas, sino que pueden ocasionar también una subida de los triglicéridos y colesterol. Hay que tener atención a su composición cuando eres intolerante a la lactosa para poder evitar tener una reacción.

No es malo darse un gusto de vez en cuando y caer en la tentación del sabor de un buen helado, pero ten en cuenta siempre que el consumo sin control puede llegar a tener secuelas sobre el cuerpo. Hay que elegir las alternativas más sanas para la familia y para ti y recuerda siempre que la mejor manera de cuidarte es manteniendo en tus comidas productos elaborados con ingredientes frescos y naturales.

Cosas positivas del consumo de helado

Todo no va a ser malo. Un estudio estadounidense demostró que el helado ayuda a perder peso, fortalece los huesos, quema grasas, regula la tensión arterial, suaviza los dolores menstruales, previene las piedras en el riñón y vigoriza el sistema inmunológico.

Según un nutricionista el helado tiene mucho calcio y por lo tanto nos ayuda a que quememos calorías. Los helados se fabrican con una base láctea. Casi todos están formados por leche, grasas y azúcares, mientras que los que se hacen con agua están formados por azúcares, agua y jugos de fruta.

Los que tienen leche fresca y llevan mucho calcio se convierten en una opción muy buena para tomar mucho calcio en aquellas personas que no le gustan los lácteos o bien para las que requieren un aporte adicional.

Fácil masticación

Junto con estas cosas tan positivas, los helados tienen también otras ventajas ya que su textura los convierte en un alimento de fácil masticación.

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Su sabor refrescante y dulce influye en el estado de ánimo dando una sensación de placer propia de estos alimentos.

Si te fijas en esto último el consumo de helado tiene más cosas positivas que negativas. Está claro que cada cuerpo es un mundo y el resultado de comer tanto helado dependerá de cada organismo.