Si sigue sin llover en España, las consecuencias para la agricultura y ganadería “podrían ser nefastas”. Según confirma la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) a este medio, “si la climatología continúa como estos últimos meses, se acabarán perdiendo numerosas cosechas y las consecuencias económicas serían fatídicas”, aunque apuntan que “todavía es pronto para hacer una valoración económica”.
En el segundo invierno más seco del siglo y con unas previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) muy poco esperanzadoras, “una de las cosas que más preocupa ahora mismo al sector son los cereales (arroz, trigo, maíz…). Ya hay zonas calvas, algo realmente alarmante en España. Por ejemplo, en la Comunidad de Madrid se pondrían en riesgo hasta 70.000 hectáreas del cultivo”, indica la UPA.
En esta línea, Alfredo Berrocal, presidente de la Uniones de Agricultores, Ganaderos y Silvicultores de la Comunidad de Madrid (Ugama), señala que «se perdería el 80% de los cultivos de cereales en Madrid». El presidente sigue: «De hecho, se puede dar todo por perdido. En definitiva el cultivo restante también sale de peor calidad. La ganadería es el mejor cliente de la agricultura. Sin pasto ni grano se pueden encarecer muchísimo los precios«.
No obstante, los cereales no son el único cultivo que está en peligro por la ausencia de lluvia en los primeros meses del año. También en la Comunidad de Madrid, los olivares (28.700 hectáreas) y los viñedos (10.200 hectáreas) sufrirían las consecuencias de la sequía, «aunque se notaría pasado más tiempo», confirma Ugama a MERCA2.
«CONSECUENCIAS NEFASTAS» EN TODA ESPAÑA
La Comunidad de Madrid no es la única afectada por la sequía. Todas las Comunidades Autónomas advierten de unas consecuencias fatales si persiste la ausencia de precipitaciones en nuestro territorio. Según publica ‘Agrodigital’, en Castilla la Mancha, avisan de que las siembras de cereales se están perdiendo en su mayoría y que los conejos están devorando el poco cultivo que crece por ausencia de alimentos. En Andalucía la situación no es mucho mejor, desde la comunidad autónoma advierten de que si no llueve en los próximos días, los cultivos de invierno tendrán que usar la dotación de riego concedida a la campaña, totalmente insuficiente para cultivos como el maíz o la alfalfa.
Por su parte, Castilla y León compara la situación de este año con la de 2017, «nefasta en todos los sentidos», según Berrocal, y además señala que las altas temperaturas han acelerado una floración de los cultivos permanentes que ahora está en riesgo por las posibles heladas. A Cataluña y la Comunidad Valencia les preocupa sobre todo los cultivos de cereales, donde estiman que la pérdida podría ser del 20 y 80 % respectivamente. Por último, Extremadura señala la pérdida de pastos -sobre todo en Cáceres- como su mayor preocupación debido a los sobrecostes que pueda provocar a los ganaderos. Inasumibles después de un año fatídico de cosecha.
Además, la ausencia de lluvias también condena a la ganadería extensiva. “Debido a la falta de pastos, se está alimentando al ganado con pienso, lo que supone un sobrecoste para los ganaderos”, explican fuentes de la UPA. La asociación continúa: “Además, de seguir en esta línea, se producirían restricciones al regadío de forma inminente”.
SOBRECOSTES Y RESTRICCIONES
“Aunque aún sea pronto para realizar una valoración económica, la situación es alarmante. Si no llueve en los próximos días, se va a producir una merma importante en los cultivos y pastos de toda España y afectará directamente a la economía del país”, apuntan desde la UPA.
“El tiempo puede cambiar de un momento para otro. Así que esperamos con fuerza que empiece a llover», señalan fuentes de la asociación. Pero la meteorología parece desoír las peticiones de los ganaderos y agricultores porque, según indican las previsiones, España seguirá con sol y calor para los próximos días.
Según apunta el presidente de Ugama, la situación agraria recuerda a la 2017, «fatídica en todos los sentidos para el sector». Por eso, desde UPA y Ugama piden al Gobierno que inviertan más recursos en el sector, como por ejemplo en la modernización del riego. «La tecnología está modernizando las técnicas agrícolas, solo necesitamos que las instituciones vayan de la mano con estos avances a través de ayudas públicas», indican a este medio desde UPA.
