Un mundo sin carbón es posible (y necesario). Para ello, las empresas energéticas deben ser las primeras en asumir sus propias palabras. Por ejemplo, Iberdrola habla abiertamente de la necesidad de electrificar todo el transporte, pero a la hora de la verdad esas palabras se disuelven en la realidad.
En concreto, el director de Innovación de la energética, Agustín Delgado, ha manifestado que debe haber una electrificación generalizada del transporte para cumplir con los acuerdos de París. Entonces se acordó, dentro del marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, la reducción de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero a través de la mitigación y adaptación de los ecosistemas a efectos del Calentamiento Global, su aplicabilidad sería para el año 2020.
En el marco del ’32 Encuentro de Economía Digital’ organizado por Ametic, y que estos días se celebra en Santander, el directivo de Iberdorla ha sido muy claro al respecto en una ponencia conjunta en la que, además, ha señalado que junto a la necesaria electrificación de la red de transporte también debe conseguirse que el modelo energético sea sostenible.
Para dejar claro que todo es posible, Delgado aseguró que “no hay problema para un suministro efectivo de electricidad para los vehículos eléctricos”. Advierte que no hay problemas de potencia, ni distribución. Puso un ejemplo: ahora mismo se puede cargar de forma rápida un coche para 400 kilómetros de autonomía con 150 kw de potencia.
LA REALIDAD PARA IBERDROLA
El contexto parece sencillo, pero la realidad a la que se enfrenta Iberdrola, sin que sea directamente responsable, es algo distinto. “Las empresas eléctricas no están invirtiendo en puntos de recarga”, afirma Javier Julve, Business Development de Electromaps. Esta aplicación muestra todos los puntos de recarga disponibles en España. Por tanto, es una voz autorizada para hablar de este tema.
El caso de Iberdrola no es una excepción. La compañía presidida por Ignacio Sánchez Galán trabaja en este ámbito a través de su Plan de Movilidad Sostenible desde 2016. En marzo de 2018 lanzó nuevas iniciativas, entre las que se encuentra el despliegue de 25.000 puntos de recarga en España hasta 2021. De ellos, 16.000 está dirigidos a hogares y 9.000 a empresas. Ni una mención a las carreteras.
No obstante, Iberdrola firmó un convenio de colaboración con AVIA en marzo para la instalación de puntos de recarga rápida en estaciones de servicio de esta compañía en España. En un primer despliegue se montarán 27 puntos con una inversión que ronda los 1,35 millones de euros.
Ante este auge del vehículo enchufable las compañías eléctricas han visto una gran oportunidad de negocio, sobre todo en el entorno privado. Instalaciones y mantenimientos de puntos de recarga en casas particulares, comunidades, hoteles, talleres, aparcamientos, etc. Las grandes ciudades también están trabajando para aumentar los puntos de recarga, a pesar del Gobierno. Pero, ¿y si un conductor quiere ir de Barcelona a Cádiz con su flamante i3, Leaf, e-Mehari, Model S o cualquier otro modelo eléctrico? Lo tendrá complicado o quizás no pueda.
Por eso, las promesas de electrificación están muy bien, pero la realidad se aleja de lo que sucede en la carretera. Y, por ahora, nadie está dispuesto a avanzar más. Por lo tanto, puede que -efectivamente- el acuerdo de París esté lejos a este ritmo.