sábado, 14 diciembre 2024

Mismo trabajo, mismo sueldo

Hace unos meses que se ha promovido un movimiento entre la Policía Nacional y la Guardia Civil, por la equiparación salarial con las policías autonómicas.

Esto, que parece de justicia, ha sido ignorado durante años, incluso por los partidos que reclaman la equiparación salarial entre hombres y mujeres. “A igual trabajo, igual remuneración”, pregonan. Sin embargo, hay policías femeninas y guardias civiles, que cobran menos que sus compañeras de los Mozos de Escuadra, y nadie se ha tirado de los pelos nunca.

Aun reconociendo la autonomía en materia de sueldos –según la ley-, de las comunidades autónomas, valga la redundancia, no es admisible que en pleno siglo XXI, haya policías de segunda y de tercera división. La única explicación que encuentro, es que simplemente las policías autonómicas fueron formadas por una necesidad política, no de mantenimiento de la seguridad ciudadana.

Y eso no es justo.

Cuando un coche patrulla de las fuerzas estatales acude a una llamada de urgencia por un delito, o por un incendio, o por un accidente de tráfico, realiza el mismo trabajo que un policía autonómico. ¿Por qué ha de tener menos salario? Son personas que tienen amputado el derecho a la huelga, que por necesidades del servicio pueden ser trasladados a cientos de kilómetros de sus casas, a los que se les puede quitar de un día para otro la libranza. Que tienen un régimen disciplinario durísimo y además es la única profesión –la de policía-, en la que cometer un error en el trabajo puede traer una ruina para él y su familia.

Los hombres y mujeres de la Policía Nacional y la Guardia Civil son personas que viven su profesión, que estén o no de servicio, siempre dan la cara, incluso a costa de sus vidas. La sociedad española se encuentra en deuda con estos cuerpos y debe pagarla. Porque si no lo hiciéramos, caeríamos en el desagradecimiento, que es lo peor en que puede caer un pueblo.

Por eso es necesario que la clase política, como representante de la soberanía popular, reme en esa dirección, a pesar de las ideologías contrapuestas y las diferencias políticas.

Los pueblos se miden por su capacidad de justicia.

¡Seamos justos de una vez con estos servidores públicos!


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