La UE lanza un plan de supercomputación milmillonario

Jeremy Kahn y Aoife White Bloomberg

La Unión Europea gastará 1.000 millones de euros para tratar de alcanzar a China, Estados Unidos y Japón en supercomputación, anunció este jueves la Comisión Europea.

Pero a medida que se lanza la iniciativa, la incertidumbre sobre el Brexit está creando ansiedad -entre los científicos informáticos británicos- de que el Reino Unido puede perder oportunidades con el plan.

El objetivo del proyecto es que para 2020 Europa adquiera dos supercomputadoras “de clase mundial”, capaces de unos cien millones de millones de cálculos por segundo, y al menos dos sistemas de rango medio. La iniciativa EuroHPC se lanzó en marzo del año pasado, con detalles de financiación presentados este jueves.

La iniciativa es “crucial para la competitividad e independencia del bloque”

Estas máquinas son peldaños hacia el objetivo final del esfuerzo, que es crear un sistema de “exaescala” de próxima generación, capaz de realizar al menos mil millones de cálculos matemáticos por segundo, “basado en la tecnología de la UE” para 2022. La Comisión calificó la iniciativa de “crucial para la competitividad e independencia del bloque en la economía de datos”.

La propia UE proporcionará 486 millones de euros para el proyecto en 2020, con una cantidad similar proveniente de estados miembros individuales y “países asociados” que se inscriban para el proyecto. La Comisión indicó que las entidades privadas, como las empresas, también podrían unirse al esfuerzo y proporcionar “contribuciones especiales”.

Desde su lanzamiento, en marzo del año pasado, 13 naciones se han registrado formalmente: Bélgica, Bulgaria, Croacia, Francia, Alemania, Grecia, Italia, Luxemburgo, los Países Bajos, Portugal, Eslovenia, España y Suiza.

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Ausencia del Reino Unido

Gran Bretaña no se ha unido formalmente al proyecto hasta el momento y algunos científicos informáticos británicos temen que, debido al Brexit, el Reino Unido se pierda los beneficios potenciales del proyecto.

Alastair Clifton, portavoz del Departamento de Negocios, Energía y Estrategia Industrial de Gran Bretaña, la oficina que administra el presupuesto de ciencia del gobierno británico, se negó a decir por qué el Reino Unido aún no había firmado la declaración formal del proyecto.

Aunque todavía no es signatario, Clifton comentó que el país había estado “tomando parte activa en el desarrollo del mismo y está trabajando en sus planes futuros”. Añadió que si Gran Bretaña se convertiría en signatario más adelante “es una pregunta abierta”.

China cuenta con los dos superordenadores más rápidos del mundo

El Brexit ha generado mucha incertidumbre en torno a la participación del Reino Unido. Es realmente desafortunado y causa retraso y confusión”, expresó Simon McIntosh-Smith, un profesor especializado en computación de alto rendimiento en la Universidad de Bristol.

Actualmente, los dos superordenadores más rápidos del mundo están en China, con Estados Unidos y Japón dominando la mayor parte del resto de los 10 primeros en la lista.

Computación Corporativa

Las empresas europeas, desde fabricantes de automóviles como Daimler hasta gigantes aeroespaciales como Airbus y compañías farmacéuticas como GlaxoSmithKline, así como departamentos gubernamentales, en particular agencias meteorológicas, tienen que alquilar cada vez más tiempo de computación en superordenadores ubicadas en EEUU o Japón.

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A la Unión Europea le preocupa que al hacerlo aumenten las posibilidades de que se filtre información sensible, incluidos secretos comerciales y datos personales confidenciales. Además, los expertos advierten que en caso de una crisis política, el acceso de Europa a estas supercomputadoras podría cortarse.

Los expertos recordaron la situación en China, que se vio obligada a desarrollar sus propios procesadores informáticos de alto rendimiento, después de que el acceso a los de las compañías estadounidenses fuera retirado por el gobierno norteamericano.

Es una carrera dura y hoy la UE se está quedando atrás”, señaló en un comunicado Andrus Ansip, vicepresidente de la Comisión Europea para el mercado único digital. “Queremos dar a los investigadores y a las empresas europeas la capacidad de un superordenador líder en el mundo para 2020”.

“Queremos dar a los investigadores y a las empresas europeas la capacidad de un superordenador líder”

Pero los costos involucrados son elevados: los superordenadores más rápidos de hoy cuestan entre 50 y 250 millones de dólares (41,53 y 207 millones de euros) para diseñar y ensamblar y varios millones más por año para funcionar.

Los desarrolladores están apuntando a una nueva generación de sistemas exaflop, capaces de realizar al menos mil millones de operaciones de punto flotante por segundo, con costos que probablemente asciendan a 500 millones por superordenador (415,30 millones de euros).

Según McIntosh-Smith, la experiencia en hardware de supercomputación en Europa está ligada principalmente a grandes empresas estadounidenses o japonesas, con sólo una compañía -la división Bull de Atos- capaz de diseñar un sistema completo.

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Mark Parsons, director del EPPC, un centro de supercomputación en la Universidad de Edimburgo, apuntó que tendría mucho más sentido para el Reino Unido trabajar con otros Estados europeos para construir supercomputadores que tratar de gastar el dinero para hacerlo por sí mismo.

Parsons comentó que mucho dependería de si Gran Bretaña es considerado un “país asociado” de la UE, después del Brexit, tanto como lo son Suiza y Noruega, o un “tercer país” como Canadá. “Las naciones asociadas pueden participar en los programas de investigación como un estado miembro”.  Los equipos de investigación de “terceros”, por el contrario, pueden postularse para trabajar en proyectos científicos de la UE, pero no pueden recibir ningún financiamiento del bloque.