sábado, 14 diciembre 2024

Laboratorios del Este de Europa y Asia dejan sin medicamentos a las farmacias andaluzas

Cuando se trata de ahorrar no todo vale, principalmente en materia de salud. Se trata del regalo más grande y, como tal, es importante cuidarla y protegerla. Pero ese cuidado y esa protección no es sólo asunto de uno mismo, sino de todos. Desde médicos hasta organismos públicos, todos están presentes en ese ciclo que tiene como protagonista la vida de las personas. El periodo de vacas flacas ocasionado por la crisis económica llevó a organismos autonómicos a abaratar costes en diferentes materias para aumentar el ahorro, y una de las más afectadas ha sido la sanidad. A los recortes de personal y una asistencia sanitaria más restrictiva la Junta de Andalucía añadió otra medida que no sienta bien a los participantes en esta cadena. Se trata de la subastas de medicamentos.

La Junta de Andalucía realiza desde 2012 progresivas subastas de los medicamentos que se venderán en las farmacias de la región. En estos concursos, las farmacéuticas ofrecen sus productos a un precio para que luego el organismo autonómico elija estos que van a poner a disposición de los clientes. Concretamente, lo que ha hecho es “dar la exclusividad de comercialización de un producto durante un plazo de dos años a una única compañía”, explicó a Merca2.es el Director General de la Asociación Española de Medicamentos Genéricos (Aeseg), Ángel Luis Rodríguez de la Cuerda.

Por esta exclusividad pueden participar todos aquellos laboratorios interesados y será ganador el que “haga la mejor oferta”, explica.

De los 10.000 medicamentos recogidos en el vademécum español, el sistema de subastas sólo permite a los andaluces el acceso a 400

¿Cuál es el problema de ello? Que, en ocasiones, lo barato no es la mejor opción. Desde que se realizan estas subastas, la fabricación de los medicamentos que se recetan a los pacientes está en manos, de forma exclusiva, de una serie de laboratorios.

Se trata de farmacéuticas establecidas, principalmente, en Europa del Este y Asia y las cuales provocan diferentes quebraderos de cabeza tanto a los ciudadanos como a las farmacias. El primero, y más importante, es el desabastecimiento. Como explica el Director General de Aeseg, los laboratorios que tienen dicha exclusividad son “empresas de estructura pequeña y mediana” con una insuficiente capacidad logística. “Estas estructuras han venido a demostrar que en un principio firmaron el acuerdo de subasta pero a la hora de la verdad, cuando se han puesto a desarrollarlo, se han dado cuenta que no tenían la capacidad suficiente de abastecimiento”, añade.

Es una crítica que comparte también FarmaIndustria. Fuentes consultadas del organismo explican que “no son una solución adecuada” y que “como muestra la experiencia de cuatro años de subastas en Andalucía, en muchas ocasiones los adjudicatarios no cumplen con sus obligaciones de suministro. Esto deviene en un desabastecimiento de medicamentos que se salva recurriendo a la cobertura con fármacos de otros laboratorios que operan en ámbito nacional”

El 46% de las farmacias de la región tienen problemas de abastecimiento

La región con más desabastecimiento

Como consecuencia de esa escasa capacidad, son muchos los pacientes que no pueden disponer de un producto porque está agotado en las farmacias. “El desabastecimiento fue el primer problema que se ha encontrado Andalucía. Es una situación muy incómoda porque al haber desabastecimiento las farmacias tienen que suministrar otro medicamento”, expone Rodríguez de la Cuerda.

La Asociación de Farmacéuticos de Andalucía aporta datos y explica que de los 10.000 medicamentos recogidos en el vademécum español, el sistema de subastas sólo permite a los andaluces el acceso a 400. Es decir, que los andaluces sólo pueden acceder un 4% del total.

Esto se produce porque, como expone el Director General de Aeseg, “no todo el mundo hemos ido a estas subastas y los 400 que quedan son, evidentemente, los productos que han ido y que quedan, una vez descontado incluso los desabastecimientos que producen”.

A ello cabe sumar que el 46% de las farmacias de la región tienen problemas habituales de abastecimiento.

Pero la cosa no termina ahí. Según el Consejo General de Colegio de Farmacéuticos, todos los meses se están produciendo recurrentes episodios de desabastecimiento de medicamentos en las farmacias andaluzas, siendo ésta la región con mayor desabastecimiento. Concretamente, en octubre del pasado año se produjo el desabastecimiento de 36 medicamentos en todo el territorio español, de ellos 23 fueron en Andalucía. Se trata del 63,8% del total.

La ayuda del resto de genéricos

Cuando se produce esta situación, cuando se han agotado los medicamentos que han ganado la subasta, las farmacias están obligadas a suministrar otro con el mismo principio activo.

La mayoría de empresas de la Aeseg no participaron en la subasta y tomaron dicha decisión por una sencilla razón, porque “somos un sector industrial y como tal queremos competir en un mercado abierto”, afirma Rodríguez de la Cuerda. “Nosotros, y las compañías que forman parte de Aeseg, que representamos el 95% del valor del mercado, nunca asistimos a esta convocatoria. La junta de Andalucía, al ver esto, decidió seguir adelante”.

Ahora bien, cuando se produce desabastecimiento tienen que actuar. “Lo que se ha venido tradicionalmente ocurriendo es que nosotros no hemos participado en la subasta pero tenemos de alguna forma la responsabilidad de, en caso de desabastecimiento, sacar nuestro producto para poder suministrarlos, sin pagar condiciones porque nosotros no hemos ido” a la subasta.

Andalucía es la región con mayor desabastecimiento

Es aquí cuando entra en escena otro de los problemas derivados de esta situación, el cambio continuo de medicamento. Un paciente se lleva el producto A. Cuando se genera desabastecimiento el farmacéutico está obligado a dispensar otro que no está en subasta – producto B -. Por lo tanto, ahí ya ha habido un cambio del tratamiento. Digamos después que el desabastecimiento se recupera, entonces los farmacéuticos vuelven a suministrar el producto A. Todos esos cambios producidos por el desabastecimiento es verdad que puede dar lugar a que al paciente le estén cambiando el medicamento con una frecuencia que no se da en otras comunidades autónomas”.

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Sin embargo, no está demostrado que dicho cambio modifique la adherencia al medicamento. Según informaciones consultadas, al cambiarlo, el paciente no responde de la misma forma ante una enfermedad, principalmente en el caso de personas mayores con más patologías crónicas.

Ahora bien, desde el Aeseg explican que “la pérdida de adherencia no está muy claro, tampoco hay estudios muy claros que determinen que la sustitución sea tan grande como dicen y en qué medida un paciente deja de tomarse el producto A por el B, cuando ambos tienen el mismo principio activo”.

Laboratorios

La mayoría de medicamentos que ganan la subasta proceden de laboratorios establecidos en países asiáticos y del Este de Europa. Un ejemplo de ello es el laboratorio bangladeshí Aristo; el esloveno Krka; o el indio Ranbaxy. Estos, además de otros muchos, coparon la adjudicación de la Consejería de Salud desde 2012.

Continuando con el asunto del desabastecimiento, Ranbaxy se comprometió a suministrar 83.688 unidades, pero las farmacias andaluzas sólo recibieron 28.622, es decir, un 34,2%.

La mayoría de estos laboratorios son de Europa del Este y Asia

A este asunto cabe añadir otro de vital importancia y es que el laboratorio indio fue multado por Estado Unidos ya que, supuestamente, no cumplía los estándares de calidad. Se le acusaba de vender un medicamento adulterado.

Aun así, desde que participa en las subastas andaluzas sus ventas aumentaron en un 308%. A ello cabe añadir que en 2015 obtuvo unas ganancias de 2,5 millones de euros y alcanzó una cifra de negocio de 18,8 millones de euros.

¿Qué gana la Junta con ello?

La Junta de Andalucía topó en este asunto la gallina de los huevos de oro. Y es que desde la primera subasta en 2012 acumuló un ahorro de 413 millones de euros y 140 millones en 2016.

Sin embargo, asociaciones son reacias a dicha medida y argumentan, como es el caso de la Aeseg, que “hay fórmulas en todo España que producen ahorro”. Un ejemplo de ello es el método que llevan a cabo otras comunidades autónomas a través de la venta de genéricos. Rodríguez de la Cuerda explica que los genéricos ya son más económicos que las marcas y provocan “un ahorro de 1.000 millones de euros”.

Estados Unidos multó a Ranbaxy por vender medicamentos adulterados

La cosa no queda ahí. Por cada envase vendido, el laboratorio está obligado a entregar un porcentaje del valor a la Junta. “Como el precio de los medicamentos es igual en toda España no pueden decidir sobre ellos, pero sí que pueden decir algo como ‘vale, esto cuesta 6 euros, yo le voy le voy a dar la exclusiva comercialización durante dos años a quien me haga el mayor descuento’. ¿Qué tiene que hacer luego la farmacéutica? De todo lo que vende, cuando pasa el periodo correspondiente, le tiene que pagar a la Junta un tanto por ciento correspondiente de la facturación que tenga”, concluye.

En busca de una alternativa

La Aeseg, como patronal, expone que lo ideal sería “seguir hablando como lo estamos haciendo con la Junta de Andalucía y el Sistema Andaluz de Salud para ver si somos capaces de encontrar una alternativa a estas subastas”. Es decir, “poner el foco de atención en buscar no una norma donde se dé o no la exclusividad a una única compañía sino una norma en la que puedan participar todas las compañías” porque “con eso no habría desabastecimiento y se mantendría un continuo tratamiento siempre.

Una alternativa que también pone encima de la mesa FarmaIndustria. Ésta “defiende una política farmacéutica para el conjunto del Sistema Nacional de Salud (SNS) y a largo plazo, coordinada por el Ministerio de Sanidad, a partir del diálogo con todas las administraciones sanitarias y siempre en el respeto de sus respectivas competencias y de las decisiones individuales de las empresas. Así será posible aplicar soluciones en el marco de la actual regulación nacional que permitan conciliar la sostenibilidad del sistema sanitario con el acceso en condiciones de calidad y equidad para los pacientes”. Medidas que beneficiarán al conjunto de la industria, al sector sanitario y a los ciudadanos, que podrán disponer siempre del medicamento que desean.


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