La banca española es la ganadora particular de la actual situación de las pensiones. Las entidades españolas son las favoritas para que los trabajadores les confíen sus ahorros de cara a su jubilación, por delante de aseguradoras, fondos u otros organismos. Caixabank, en cabeza, seguido por BBVA y después Banco Santander son los más favorecidos.
La peculiar situación macroeconómica en Europa, especialmente en España, está empujando a la sociedad española a los mercados financieros: tanto los fondos de inversión cómo los planes privados de pensiones están en máximos históricos. Por un lado, los bajos tipos impuestos por el Banco Central Europeo, que ha cercenado la renta fija hasta números negativos, ha obligado a españoles y europeos a buscar refugio en los mercados a través de los fondos de inversión. Por otro, la quiebra actual de la Seguridad Social que obliga a una reducción futura de las pensiones públicas –vía directa o a través de la inflación- ha elevado el patrimonio de los planes privados también a máximos.
El patrimonio de los españoles en planes de pensiones privados alcanzó en 2017 los 72.999 millones de dólares, un 5,13% más que en 2016 según el último informe publicado por VDOS. El sector vive en un auge continuo, marcando récords en patrimonio total gestionado año tras año, según los datos ofrecidos por Inverco.
La Caixa fue en 2017 la entidad que lideró, con casi 700 millones, la captación neta de dinero que buscaban firmar un plan de pensiones privados
El actual panorama de las pensiones públicas podría resumirse con un antiguo refrán español: ‘a río revuelto, ganancia de pescadores’. En este caso, los peces son los ciudadanos preocupados por su jubilación, y los pescadores son las entidades bancarias. Los bancos son los favoritos a la hora de invertir en planes privados de pensiones de hecho, tienen una cuota de mercado del 76%. En segunda posición, los españoles confían en Grupos Internacionales con un 10%. Más descolgados, están los grupos independientes, las aseguradoras y por último las sociedades cooperativas de crédito.
La Caixa fue en 2017 la entidad que lideró, con casi 700 millones, la captación neta de dinero que buscaban firmar un plan de pensiones privados según el informe de VDOS. Por detrás de La Caixa se situó BBVA con 430 millones de euros, esto es casi un 40% menos de lo ingresado por la entidad catalana. En tercer lugar, aparece Renta 4 que captó 424 millones de euros netos. Más descolgados de los tres primeros aparecen, Bankia, Bankinter o Ibercaja. El dato más sorprendente es la baja captación por parte del Banco Santander, que aparece en los últimos puestos.
En cuanto a cuota de mercado y volumen de patrimonio gestionado, La Caixa también lidera el ranking. Con un volumen total de 16.112 millones de euros copa más de un 22% de la cuota de mercado. El BBVA ocupa la segunda posición con 13.327 millones de patrimonio y cuatro puntos por detrás de La Caixa. El Banco Santander ocupa el pódium, aunque con la mitad de patrimonio que la entidad catalana. Por detrás de los tres grandes bancos de España se sitúan Bankia, Renta 4, Allianz, Ibercaja o Bankinter.
El liderato de La Caixa va más allá de las suscripciones netas captadas en 2017, o el patrimonio gestionado. Su fondo Caixabank Equilibrio Plus fue el líder en captaciones en 2017 y es el que más dinero gestiona con más de 4.000 millones, casi doblando al segundo que también es de la firma catalana, en este caso Caixabank Crecimiento. En el tercer puesto, aparece Mi Plan Santander Prudente y en cuarto puesto BBVA Plan Multiactivo Conservador.
La Caixa lidera todos los apartados involucrados en los planes de pensiones privados salvo uno: la rentabilidad del fondo. Entre los 10 fondos más rentables de España solo uno de La Caixa aparece entre ellos, VidaCaixa. El instrumento más rentable de todos, según el informe de VDOS, es Renta 4 Pensiones, seguido por Bankinter Seguros de Vida y ya en tercer lugar aparece VidaCaixa.
Banca, pensiones y comisiones
Las comisiones se han convertido en el mejor amigo para la gran banca. Las decisiones político económicas han empujado a los ahorradores a los brazos de los inversores profesionalizados y eso solo se traduce en comisiones. No importa que el asesoramiento sea por la contratación de fondo de inversión o por la firma de un plan de pensiones privado. La banca –al igual que otros agentes- cobran y muy bien por su asesoramiento y servicios.
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Las comisiones se han convertido en los últimos años en el colchón con el que la banca está sacando adelante sus resultados. Banco Santander y Caixabank están en máximos históricos en cuanto a ingresos por comisiones, Banco Sabadell lo roza y BBVA y Bankia están algo más rezagados respecto a máximos. Las cinco mayores entidades españolas han ingresado por comisiones la friolera de 22.000 millones de euros.
Los planes de pensiones privados son instrumentos muy castigados por las comisiones, de hecho, pocos analistas independientes asesoran apostar por uno. Las cuentas hablan por sí mismas: si suponemos una comisión no muy alta del 1%, la ley exige que como máximo solo se podrá cobrar un 1,5% de comisiones. Esa cantidad, sumada a una inflación media de entre el 1 y el 2% ya prácticamente reduce a mínimos obtener una rentabilidad amplia en los fondos invertidos en renta fija, que tienen retornos más modestos.
En el caso de la variable el margen es más grande, pero a pesar de ello las cuentas salen de mala manera. Los planes de pensiones del Sistema Individual iniciaron 2018 con una rentabilidad del 4,08%. Si invertimos 10.000 euros y suponemos que esa rentabilidad se mantuviera a lo largo de 40 años se obtendrían 85.714 euros sin comisiones. Si esta misma operación le ponemos una comisión del 1%, el capital obtenido se reduce a poco más de 62.000 euros. Por lo tanto, el impacto de una simple comisión del 1%, reduce la ganancia en 23.000 euros. Sobra decir, que las inversiones son más altas, los ahorros más grandes y luego hay que sumar los impuestos por lo que queda una factura de gastos elevadísima.
El ahorro es ya una necesidad
El pasado jueves 22 de febrero los pensionistas españoles tomaron las calles de varias ciudades españolas para pedir “pensiones dignas”. El problema aunque ya sabido, no deja de ser perturbador, las cuentas en el sistema no salen y con los años saldrán todavía menos. La respuesta del Gobierno ha sido la de endeudarse para pagar el desfase actual y dejar que en los siguientes años la factura se modere al no indexarla con el IPC. El problema directo es obvio: los pensionistas van a perder año a año poder adquisitivo.
El problema actual palidece cuando se compara con el problema que aparecerá en alguna década. No importa declaraciones políticas, cuentas de la vieja o creencias, las pensiones dejarán de ser “dignas” –si se habla de ellas como un pago con el que poder vivir de él- en cerca de dos o tres décadas. La actual reforma limará las pensiones por dos vías, gasto sobre PIB al no indexarlo al IPC, y en los pagos al adecuarla con la esperanza de vida.
En definitiva, si se tiene menos de 40 años es ya una necesidad ahorrar para la jubilación y esta es mayor cuanto más se contrae la edad porque la pensión que quedará será más pequeña.
