El 2020 es un año que a la mayoría de los autónomos les gustaría borrar de su memoria para siempre. La pandemia de Covid-19 no solo ha traído consigo una grave crisis a nivel sanitario sino también una crisis económica que los profesionales que están al frente de un negocio están sufriendo especialmente.
Según los últimos datos estadísticos, una gran parte de los autónomos están experimentando pérdidas de facturación de en torno a un 60% en comparación con lo que ganaban el año pasado. Tanto es así que ya se habla de que muchos pequeños negocios podrían desaparecer incluso antes de que llegue la Navidad.
Una recuperación que se prevé lenta
Aunque en algunos sectores sí hay atisbos de recuperación, en otros no se esperan mejoras notables en los próximos meses. De hecho, ya hay especialistas que señalan que los autónomos no recuperarán el nivel de rentabilidad que tenían a finales de 2019 por lo menos hasta bien entrado el año 2022.
Mientras tanto, mantener la persiana del negocio subida se vuelve especialmente complicado para algunos autónomos. Desde que empezó la crisis han cerrado más de 280.000 negocios. Muchos de ellos han cerrado definitivamente, mientras que otros han hecho cuentas y se han dado cuenta de que en la situación actual no les compensa abrir, por lo que prefieren seguir cerrados y a la espera de que todo mejore.
¿Qué puede hacer un negocio frente a las pérdidas?
Los expertos en economía señalan que estamos ante una crisis sin precedentes en la que prácticamente todos los negocios van a experimentar pérdidas en mayor o menor medida. Esto implica un cierto grado de resignación por parte de los profesionales, pero tampoco quiere decir que no se pueda hacer nada.
Desde el Consejo General de Economistas (CGE) se han señalado una serie de claves que pueden tener en cuenta todos aquellos profesionales cuyo negocio esté ahora mismo teniendo pérdidas, sean estas más o menos significativas. Vamos a ver qué se puede hacer.
Analizar la situación del negocio de forma realista
Cuando la situación es grave no hay tiempo para perderlo en hipótesis o en falsas previsiones. El primer paso para empezar a plantarle cara a lo que está pasando es hacer un análisis en profundidad, detallado y realista de la situación que tiene el negocio en la actualidad. El objetivo es que el propietario tenga una visión lo más objetiva y real posible de en qué situación se encuentra.
Con un análisis de este tipo se pueden tener datos muy precisos qué ayudarán en la toma de decisiones. Por ejemplo: volumen de negocio que se ha perdido, deudas pendientes de pago, créditos que todavía no han sido pagados, etc. Cuantos más datos se tengan más eficiente será el proceso de toma de decisiones.
Volver a conectar con los clientes
Incluso en los momentos difíciles hay que sacar tiempo y algo de presupuesto para dedicarlo al marketing. De hecho, la búsqueda de clientes es ahora más importante que nunca. No se trata solo de encontrar nuevo público, sino también de volver a reconectar con esos clientes que, por un motivo o por otro, han dejado de comprar en un negocio o han bajado su volumen de gasto.
No está demás crear una campaña offline, o bien a través de redes sociales, email marketing o WhatsApp Business para recordarle a los clientes que el negocio sigue ahí a su disposición. Además, es buen momento para reforzar todavía más la calidad del servicio y la atención al cliente. Demostrar que se tiene algo valioso que ofrecer.
Recuperar la confianza del equipo de trabajo
Normalmente los autónomos trabajan solos o tienen un pequeño equipo de trabajo bajo su dirección. En realidad, no importa cuál sea el número de empleados que se tengan, o si estos son familiares. Todo el mundo acusa la situación y es normal que los ánimos estén algo más bajos, lo que puede afectar a la motivación y a la productividad.
El profesional debe convencerse de que no ha perdido la batalla, que todavía hay mucho que puede hacer para mantener su negocio a flote. Una vez recuperada la confianza en sí mismo debe ser capaz de transmitir su fortaleza a su equipo de trabajo y volver a motivarlo para que todos remen en la misma dirección.
Renegociar los pagos pendientes del negocio
Pagos pendientes a proveedores, cuotas de la Seguridad Social, alquiler del local… cuando falta liquidez en un negocio las deudas se empiezan a acumular y esto puede llevar a una situación de la que es muy difícil salir. La propuesta de la CGE es no esperar a que esto ocurra y tomar cartas en el asunto desde este mismo momento.
Si al analizar la situación real del negocio se ha percibido que pueden aparecer problemas de pago, es momento de tomar decisiones y pasar a la acción intentando renegociar todos los pagos que sea posible. Siempre es mejor llegar a un acuerdo con el acreedor y buscar fórmulas alternativas de pago, como el fraccionamiento, antes que dejar una deuda pendiente y que empiece a generar intereses.
Buscar formas de reinventarse
La última recomendación del CGE es quizá la más difícil de implementar para muchos profesionales que llevan décadas haciendo lo mismo: buscar formas de reinventarse para llevar el negocio un poco más allá. Esto no implica dejar de hacer lo que se hacía hasta ahorra sino introducir cambios que puedan llevar a una mejora.
Por ejemplo, apostar por la transformación digital y crear una web para vender a través de ella, buscar nuevos servicios o productos que puedan interesar a los clientes o formarse en marketing para aprender a publicitar mejor lo que ofrece el negocio.
Seguir adelante en un momento tan complicado como el actual no es nada fácil, pero los autónomos españoles han demostrado tener una gran capacidad de resistencia frente a la adversidad y también tener una gran capacidad para reinventarse. Ahora es el momento de sacar fuerzas de flaqueza y seguir explorando alternativas para obtener más rentabilidad y minimizar así el efecto de esta crisis económica.